Reivindicaciones y secretos

En la tarde del jueves, el alcalde de León, José Antonio Diez, presentaba la lista con la que acudirá a las elecciones municipales del 28 de mayo. Se acabaron las cábalas. Y las intrigas. Punto final a las especulaciones de medio pelo. También esa misma tarde el Partido Popular celebraba un comité ejecutivo provincial, uno más, que, tanto en el fondo como en la superficie, no valen para nada. Siempre, y es la norma, todo está atado y bien atado de antemano. Cabezada y a la calle. Y la ‘plebe’, de puertas afuera, tan contenta.

En esta ocasión viajó hasta la capital leonesa un peso pesado de Génova, Miguel Tellado, el cuarto en la línea decisoria –que no sucesoria– de Feijóo, para ratificar a Margarita Torres como aspirante al trono municipal. En escaso mes y medio se han producido tres confirmaciones en favor de doña Margarita. La primera el 9 de febrero a cargo de Mañueco; la segunda el 1 de marzo, en palabras de Ángel Ibáñez, el coordinador autonómico de campaña, y el jueves último el propio Tellado. ¿Son necesarias todas estas validaciones? ¿Continúa el descontento ‘silencioso’ con el, en su día, nombramiento inesperado de Torres? ¿Qué subyace, entonces, en el PP de León para tanto boato preelectoral? Sólo faltaría que el ‘jefe’, Alberto Núñez Feijóo, se acercara por aquí con el mismo aval e idéntica turra. Tampoco se descarte.

Decía doña Marga esa misma tarde que, en soledad, sin compañía alguna, estaba recorriendo la ciudad, libreta en ristre, con el fin de conocer de primera mano las reivindicaciones y necesidades de los leoneses. En genérico lo de leoneses. El cuaderno, explicaba, cada vez abultaba más. ¡Coño, doña Margarita! Si después de ocho años en el Ayuntamiento desconoce las necesidades básicas e insoslayables de la población, qué ha hecho durante ese tiempo. ¿A qué se ha dedicado? La respuesta, en su grupo municipal.

Y cuando, a la conclusión del comité, le preguntaron por la lista que le acompañaría en la ‘refriega’ electoral, señaló que todavía no era el momento. Pese al ‘secretismo’ ya hay nombres. Por ejemplo el de Ricardo Gavilanes, que le sacrificarán en las Cortes de Valladolid para que vaya de número dos. O el de Fernando Salguero, quien, pese a las reticencias de la candidata, estará en número de salida por orden de la superioridad. O el de Cecilia Rodríguez, nueva en esta plaza y miembro del comité de apoyo a Torres. Al versátil Juan Pablo García Valadés se le da por seguro y tampoco se descarta a la actual concejala Aurora Baza, una gran y leal trabajadora. También se uniría a ellos un profesor laico, ligado a una importante institución de la iglesia católica, y una mujer con antecedentes políticos familiares en otras épocas del municipalismo. Es lo que hay. Se va rompiendo el secreto.