Tengo que reconocer que, en el siglo pasado, allá por los años 80, los profesores llegábamos a los centros educativos con una licenciatura recién estrenada y nos metíamos en la clase con cuarenta alumnos sin tener ninguna preparación sobre cómo enseñar. Todos tuvimos que aprender a base de golpes y caídas. Lo hacíamos todos al buen tuntún, sin preparación y sin cálculo, sin reflexión y sin conocimiento alguno del asunto, al puro invento. Ahora, a toro pasado, tenemos muy claro que nos falta una verdadera formación para ser profesores. Hemos adquirido una experiencia a base de errores y equivocaciones. Creo que será la única profesión en la que los trabajadores han comenzado su trabajo con una preparación ‘cero’. En aquel momento, aunque parezca impensable, cualquiera de nosotros podía asumir la responsabilidad de dirigir un grupo de niños sin que nadie pudiera constatar mínimamente nuestra aptitud para la docencia. Ni siquiera una entrevista. Era como si las destrezas propias del oficio surgieran espontáneamente del título de licenciatura.
Puede servirnos de ejemplo la profesión médica que, después de terminar su carrera, pasan cuatro años trabajando como médicos pero acompañados de alguien con experiencia que les va guiando y les va enseñando a ser médicos. Gracias a esa formación ellos aprenderán y los enfermos no sufrirán las novatadas y la inexperiencia de los recién licenciados como ocurre en la enseñanza. Son los MIR (los Médicos Interinos Residentes) que en la enseñanza podrían ser los PEP (Profesores En Prácticas). Cada vez estoy más convencido de que, al igual que el MIR es imprescindible para los médicos, este PEP es necesario para los docentes.
Este protocolo debería tener tres fases: Para empezar, el profesor tiene que aprender su oficio. Muchos docentes ‘pasan’ de esto y piensan que no es necesario saber enseñar, que lo importante es saber unos contenidos y transmitirlos a los alumnos, sin más. Lo de «yo he ganado una plaza en oposición para siempre y puedo hacer lo que quiera en la clase», creo que se ha acabado. El profesor tiene que aprender a ser profesor. En la actualidad se están desaprovechando muchos profesores muy competentes a los que les quitan la plaza personas que pasan olímpicamente de la enseñanza y viven de las rentas de una oposición. Es triste que algún profesor nuevo llega a su clase, se hace cargo del grupo como si ya lo supiera todo. Él no ve lo que hacen los demás compañeros y ninguno de los demás ven lo que hace él. El profesor novato tiene que aprender de otro docente experto. El mejor modo es que el nuevo pase una larga estancia con profesores competentes y que aprenda de ellos en la realidad con el mismo tipo de niños con los que él va a trabajar después. El segundo paso consiste en poner al profesor en prácticas a protagonizar el ejercicio de su profesión en una situación idéntica a la que se va a encontrar cuando empiece a trabajar. En esta segunda fase tiene que demostrar que lo ha entendido y lo sabe aplicar. Por último, tiene que haber una selección. Si acceden a la fase de prácticas los mismos aspirantes que plazas, desaparece esta selección. Se aprueba a todos, salvo que aparezca algo que llame la atención para su desempeño docente. Si hay más aspirantes que plazas, los tribunales tienen la obligación de elegir a los mejores.
Los profesores de la Comunidad de Madrid, que aprobaron la oposición en junio de 2023, en septiembre empezaron un año de prácticas antes de ser incorporados en el cuerpo de Profesores de Secundaria o Maestros. La Consejería de Educación madrileña no ha querido esperar a que el Ministerio de Educación desarrolle el proyecto de la carrera docente que prometía la LOMLOE. Este nuevo programa de Capacitación Integral Docente aumenta la formación, además de las prácticas. Su objetivo incrementar la calidad en las aulas madrileñas. Los aspirantes que superen la fase de concurso-oposición para ingresar en el cuerpo de Maestros en enseñanzas no universitarias en centros públicos van a ser los que estrenen este programa. Durante su formación, serán acompañados por tutores, que a su vez habrán de haber cumplido también un periodo de capacitación antes de ser nombrados para ese puesto. Dichos tutores recibirán una retribución específica por estas tareas. El Gobierno regional ha aprobado 1.624 nuevas plazas públicas para el ingreso en el cuerpo de Maestros.
Este curso, con el fin de fomentar la estabilización de los docentes y la reducción de los interinos, la Consejería de Educación de Castilla y León ha hecho una apuesta muy seria en este campo. Por primera vez en esta comunidad coincidirán las oposiciones para el Cuerpo de Maestros con el concurso de reposición de otros cuerpos docentes de Secundaria. Será en el mes de junio. La movida es muy fuerte porque se esperan más de 25.000 opositores. Son 1.217 las plazas convocadas en Secundaria y 470 en el Cuerpo de Maestros.
Creo que ese esfuerzo de la Consejería bien merece la ‘guinda’ del año de prácticas del profesorado, siguiendo la estela de Madrid y a la espera de que en toda España se implante la Carrera Docente prometida en la LOMLOE.