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Producción y sonido

19/02/2023
 Actualizado a 19/02/2023
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El Instituto Nacional de las Cualificaciones (ahí es nada) publicó en noviembre el ‘Catálogo nacional de cualificaciones profesionales’ (¡sorpresa!) y habiendo llegado a mis manos semejante testamento le he echado un ojo. Veo que hay más de setecientas ‘cualis’ repartidas en veintiséis familias. Un mogollón resultado del esfuerzo por normalizar áreas de muchísimos campos laborales reconociendo la maestría en ellas. Pero no en todos hay formación reglada, ciclos formativos existe una fracción de aquellos números. Nadie se está quejando, ya son legión.

En algunos de los ciclos ofertados, solo con escuchar el nombre me entran unas ganas terribles de inscribirme, lo que en principio no es muy significativo porque soy de matrícula fácil. Dos en cuyas listas aparezco cualquier día, en frío o en caliente (según se vea), son Producción de audiovisuales y espectáculos y Sonido de audiovisuales y espectáculos, ambos de grado superior y ambos impartidos en el CIFP de Ponferrada.

Se vienen y se han venido indicios de que no me falló el oído esta vez. Porque si hay un rasgo que haga apetecible aquellos ciclos es la posibilidad de creación de un producto real, y resulta que, efectivamente, es lo que logran los alumnos del centro berciano. Unos han organizado por noveno año un festival musical que ha sido sonorizado por los otros (y monitorizados por la audaz profesora que les consigue lecciones magistrales de referentes como Paco Loco). Celebrado el nueve de febrero en la Sala La Vaca, el CIFP Sound de este año contó con las actuaciones de Mösz, Desertia y Llega Tormenta. Además, por si fuera poca experiencia inmersiva, cada año realizan dos cortos cinematográficos.

Uno de los peligros que mi ultrauniversitaria generación EGB/LOGSE (o quizá solo yo de entre todos) veía a la FP era que al ser una formación tan especializada te forzase a desempeñar la misma actividad toda la vida, y eso con suerte de que hubiere flujo de trabajo para varias décadas. Era un prejuicio calloso que me he ido quitado a base de ver gente cuyo título de Ciclo no fue ni mucho menos el final. Y por lo que respecta a la cuestión de la amplitud y profundidad de miras que proporciona específicamente la universidad lo cierto es que nunca estuvo garantizada, porque cuánto gañanufo titulado hay que jamás apreciará un corto bien producido ni un concierto bien sonorizado. Que la industria audiovisual ahora tenga una necesidad apremiante de profesionales de producción y sonido es coyuntural, pero siempre ayuda.
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