miguel-soto.jpg

La poesía de la magnitud

28/04/2024
 Actualizado a 28/04/2024
Guardar

Hay pocas construcciones de nuestra época más impresionantes que las presas de los pantanos. 

De repente me chiflan, así que a falta de que me lleven a ver las tripas de la de Riaño como me han prometido, me di un paseo por la del Embalse de Luna no hace tanto. Y, como siempre, lo hice sin dejar de pensar cómo dormirán en los Barrios sabiendo que lo de ‘Lo imposible’ era una olita nada más comparado con lo que se beberían si se diese un colapso del hormigón del escudo.

Más allá del temor que puedan inspirar (y el rencor que se les tenga por otros motivos bien conocidos) esas enormidades tienen valor trascendente, simbólico y cultural. La presa Hoover en el estadounidense río Colorado es un orgullo nacional. Y es que todas las facturas humanas de gran magnitud impresionan. Nos afectan, nos trasladan, nos dejan vernos de otra manera. Así los los grandes túneles y puentes, los rascacielos también. 

Es por tanto comprensible que algunos artistas de la materia quieran provocar esas sensaciones tan esquivas mediante obra propia de talla monumental. Eso hizo el recientemente fallecido Richard Serra, de quien un colega disfrutó hace poco la serie de siete obras ‘La materia del tiempo’ por la que el Guggenheim pagó dieciséis millones de euros en su momento. ¿Qué sentiste? le pregunté entusiasmado por la noticia de su visita, esperando lenguaje convencionalmente aceptado como lírico. Pero utilizó otro lexicón, y me decepcionó.  

Solo que luego le di una vuelta. Releí un par de veces el mensaje que decía «esa obra es una sucesión de cortes y curvados atípicos, quizá fabricada en un taller naval. Las uniones de chapones curiosas, sin bisel. Son auténticas cuchillas gigantes, que seguro que requerirían de utillajes especiales para el posicionado. Acero corten con barniz mate, muy bien acabado, no mancha. 60 mmm de espesor, de meter miedo. Chapas abovedadas además de curvadas en una dirección, hechas seguramente mediante embutición en caliente y todos los cantos paralelos al suelo. Me encantó».

Y gocé porque me produjo el placer original de lo que podría llamarse poesía de la magnitud. Hay que buscarle editor a mi amigo para sus peritajes dramáticos.

Lo más leído