Ateos y creyentes, todos sacan provecho de la semana santa. Unos porque celebran los misterios más importantes de su fe y otros porque aprovechan para tomarse unas vacaciones o hacer turismo. Unos y otros están en deuda con el personaje más importante de la historia, cuya vida, pasión y muerte han inspirado a los más grandes artistas. Ciertamente parece imposible que siguiéramos recordándolo y siguiéndolo si no fuera por su resurrección. Para millones de personas no nos encontramos con alguien del pasado, sino también del presente.
Pero, además, podemos decir que en cierta manera también siguen vivos todos los personajes que participaron en la pasión o, al menos, sus sucesores. ¿Acaso Judas ha sido el último traidor? Por desgracia sigue habiendo personas que por el afán de dinero son capaces de cualquier cosa, sin importarles el daño que puedan causar. Digamos otro tanto de quienes como Pilatos se lavan las manos y no se complican la vida, aunque ello repercuta en el sufrimiento de inocentes. Con tal de no perder el poder están dispuestos a todo.
Tampoco hace falta discurrir mucho para encontrar sucesores de Barrabás, el indultado en detrimento de una persona inocente. Seguro que a más de uno le viene a la memoria el tema de moda de la amnistía. Y, siguiendo con personajes de la pasión, vemos cómo se repite la historia de Pedro, famoso por el miedo al qué dirán, víctima del respeto humano. Es el típico caso de personas buenas y creyentes que no se atreven a dar la cara, que se avergüenzan de dar testimonio de lo que creen.
Un personaje entrañable es el Cirineo. Le obligan a ayudar a Jesús a llevar la cruz. Pero le mereció la pena. Ha pasado a la historia y seguramente se dio cuenta de que era un privilegio haber ayudado a llevar la cruz al Redentor de la humanidad. ¿No es también verdad que, a veces, la vida nos pone en situaciones parecidas, obligándonos a aliviar el sufrimiento de otras personas, enfermos, ancianos, necesitados…? Siempre merece la pena hacer de cirineos.
También es importante resaltar el papel de las personas que se mantienen fieles hasta el final, como María, la madre, Magdalena, Juan, José de Arimatea… No es la fidelidad una virtud muy de moda, pero resulta reconfortante encontrarse con gente buena y fiel.
Finalmente cabe resaltar el protagonismo del pueblo. Días antes se manifestó para aclamar al Señor. A los pocos días gritaba: ¡Crucifícalo! ¡Queremos que sueltes a Barrabás! Se dejó manipular por las autoridades. ¿Pasa hoy lo mismo?