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La peculiar democracia de la señora Ayuso

05/05/2024
 Actualizado a 05/05/2024
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Doña Isabel Natividad Díaz Ayuso, Presidenta de la Comunidad de Madrid desde agosto de 2019, nos reprochó hace tiempo a los leonesistas, dicho sea de paso, que «crear una identidad donde no la hay es cosa de paletos». Pero dejemos esa su educada opinión recular y vayamos a un discurso más actual. La señora Ayuso —revelándose como gran degustadora de la fruta entre sus preferencias alimenticias—, ha acusado recientemente en el Parlamento a Pedro Sánchez de «estar colándose por la puerta de atrás». Y que debido a ello España está entrando en «una dictadura que nos va carcomiendo poco a poco». Para poder salvar a la patria de esta grave deriva política promueve la señora Ayuso contar con el rey, las fuerzas de seguridad del Estado y el ejército.

Con estas declaraciones uno queda ojiplático, esto es sorprendidísimo que una persona nacida en 1978, haga estas declaraciones cuando, no teniendo aún el biberón en la boca, ya habían transcurrido dos años de despabilarnos los españoles de una dura dictadura franquista de 36 años en la que se vulneraron los principales derechos y libertades. Periodo de tiempo en que la señora Ayuso, por mucho que le digan y se le informe, para su fortuna, no vivió. Sin embargo, saca la dictadura a pasear como si la hubiese vivido en persona y, lo que es peor, como si ya la estuviésemos padeciendo, si no por la puerta de delantera, sí por la puerta de atrás. Hay que decirle a la señora Ayuso que una cosa es sufrirla en las carnes y otra que se la cuenten. Y que si ha llegado al poder en una comunidad ha sido democráticamente, esto es, mediante el voto en elecciones libres, no dictatorialmente por la fuerza o violencia reprimiendo los derechos humanos y la libertad asociativa. Dictadura en su boca que uno no sabe si la toma como aperitivo o como postre.

Que Pedro Sánchez haya pactado en recientes elecciones con independentistas catalanes y vascos para poder gobernar, demuestra para la señora Ayuso, no solo remar en barcaza escacharrada, sino que con ella está hundiendo España. Y a quien, además de todo tipo de insultos, se le trastoca el nombre de Pedro como «Perro», alteración que, además de ofensiva, uno considera poco ingeniosa. Se me ocurre mejor, en el caso de hacer una mención de descrédito y sin salirse de la alusión canina, vejarlo como Chucho Sánchez Guau.

He de decirle a la señora Ayuso que quien esto suscribe sabe muy bien las consecuencias de estar dentro de una dictadura, cosa que por mucho que se empeñe en denunciar o pronosticar desconoce por completo. ¿Qué opinaría la señora Ayuso si en la vida diaria un número determinado de personas críticas a la dictadura estuviesen reunidas clandestinamente incurriendo por ello, según las leyes vigentes, en asociación ilícita «que atenta contra la seguridad del Estado»? ¿Qué opinaría la señora Ayuso que por ese «delito» según las mismas leyes serías detenido y preso durante 72 horas en el inmundo calabozo de una comisaría, sufriendo todo tipo de vejaciones y bofetadas? ¿Que opinaría la señora Ayuso que tras esa detención ignominiosa fueses encarcelado, pasando meses en una prisión junto a delincuentes comunes, ladrones, violadores y criminales; y en condiciones higiénicas y alimenticias difícilmente soportables? ¿Que opinaría la señora Ayuso que en un seguido «consejo de guerra» en un cuartel de infantería el fiscal pidiese una condena de doce años y un día? Pues eso, señora Ayuso, todo eso y mucho más es la dictadura que uno ha vivido y no quiere volver a.... disfrutar. 

 

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