23/12/2023
 Actualizado a 23/12/2023
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El manual de las buenas maneras de la posmodernidad parece un homenaje constante al teatro del absurdo. La última ley del decálogo ‘woke’ es que para felicitar la Navidad no se debe decir «feliz Navidad».

Los que acogen sumisamente el nuevo protocolo por miedo a ser estigmatizados como reaccionarios o poco inclusivos se suelen contentar con felicitar la fiestas. Pero en su afán por destacar, el tonto contemporáneo se apresura a dar un paso al frente y felicita entusiasmado el solsticio, las fiestas de invierno o las fiestas del fin del otoño, como hizo recientemente el rector de la Complutense ¡En qué fértil campo para el próspero crecimiento del tonto contemporáneo se ha convertido la universidad española!

Que mañana es Nochebuena y pasado Navidad, como dice el villancico, es un hecho tan evidente como que ya no hay luchas de gladiadores ni celebramos las saturnales. En la noche de mañana y durante el lunes muchos no festejarán el misterio de la encarnación, porque no es fácil creer que ese bebé que nació en una gruta para el ganado en la remota palestina del siglo I es el mismo Dios, pero seguramente también se reunirán con sus familias, comerán turrón y disfrutarán de otras tradiciones navideñas, entre ellas la de transmitir y recibir el deseo de paz y bien para estos días a sus parientes, amigos y conocidos. Hacerlo diciendo «feliz Navidad» no es más que hacerlo llamando por su nombre al 25 de diciembre.

Etimológicamente la palabra «Navidad», por otra parte, no tiene más significado que el «natividad», es decir, «nacimiento», y el nacimiento de un niño, sea Dios o no lo sea, no puede ser considerado nunca como un acontecimiento excluyente o condenatorio que haya que erradicar hasta del lenguaje. Al contrario, el nacimiento de un niño, de todo niño, es para toda la humanidad un motivo de esperanza mucho mayor que un fenómeno astronómico o un cambio de estación. Es un canto a la inocencia, a la ternura, a la alegría y a la posibilidad de un futuro mejor.

Por eso es preciso desear una muy feliz Navidad a todos; cristianos, judíos, musulmanes, budistas, hinduistas, agnósticos y ateos. Especialmente y con más cariño al tonto contemporáneo.

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