Noticias falsas, o no

Hay noticias que pudiendo ser reales no pasan de ser bromas divertidas, pero que bien pudieran convertirse en realidad. Hace ya algunos años que llegamos hasta la plaza del Obradoiro para conseguir fondos para la lucha contra el cáncer. Tras los abrazos y las lágrimas de muchos, la mayoría de los compañeros entran en la S. I. Catedral Jacobea para saludar al Santo, y hasta ahora yo siempre me he resistido a acompañarlos. Empiezo a pensar si pudiera estar yo equivocado y que, quizás, las cosas están cambiando en esa sede de fe, y que han optado por afrontar nuevos retos buscando maneras diferentes de atraer a otros públicos, a más público, del que están tan faltas las seos. Unos alegres monaguillos decidieron sorprender a los congregados ante el sermón del ángelus en misa de domingo introduciendo una hierba cannabinoide en el botafumeiro para que con sus efluvios, los cansados peregrinos pudieran conseguir una gran paz interna e incluso una mayor y más rápida comunión con ‘su altísimo’. Si no me hubieran roto la ilusión de que este hecho fuera cierto, a buen seguro que el próximo verano pasaba a saludar a Santiago. Le ruego, a quién corresponda, lo tenga en cuenta. Sin embargo hay otras noticias que siendo reales no parecen otra cosa que pesadas bromas. Resulta que una asociación ha premiado a la Corona y a quien virtualmente la porta, como la institución o persona que más ha hecho a lo largo del año recién comido por apoyar a las víctimas del terrorismo. Cada vez que una asociación, sea esta cuál sea, premia o agasaja a una institución, sea esa cuál sea, pareciera que estemos viendo a esos lameculos que siempre aparecen alrededor de los poderosos. Poco, o nada, debemos a esa institución premiada en tal sentido, es más, diría que hay muchos anónimos, o no, que apoyan y abogan por un mayor y mejor reconocimiento del daño causado. Esos anónimos se sienten más cómodos alejados de los focos mediáticos en los que se calientan aquellos que han hecho del lloro su forma de vida.