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Nos secaron la vaca

05/02/2020
 Actualizado a 05/02/2020
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Parece que la máquina de ordeñar se tragó un metrónomo. El zumbido constante de fondo del motor se acopla a un ritmo fijo que produce el mecanismo encargado de succionar la leche de las ubres de la vaca hasta que la materia prima acaba refrigerada en un gran tanque después de pasar por unos cuantos filtros. Como si fuese una coreografía las vacas van entrando a la sala antes de que alivien sus lustrosas, pero no eternas, ubres. Las pezoneras se contraen a un tiempo para apretar las mamas del animal que tras un rato de espera sale de la sala de ordeño hasta el siguiente turno. Mientras tanto rugen de fondo las ordeñadoras cuya monserga rompe en la lejanía el sonido metálico de las cancillas al abrir y cerrar, el ladrido de algún perro, el acelerón de un tractor o la declaración de algún político que sale de los altavoces del viejo transistor que radia las últimas noticias del día. En esas se escuchó a Matías Llorente, que no hablaba de leche pero sí de agua, decir que «Riaño no es una vaca lechera». Algunas administraciones quieren precisamente enganchar a la presa del embalse su propio succionador para sacar el jugo de los leoneses, el de los que inundaron su vida y anegaron sus recuerdos por el bien de quienes todavía esperan poder regar con aquel agua prometida que sonaba a chorro cristalino de modernidad y futuro.

Pero el manantial no fue más que un oasis que amenaza con secarse, como las vacas dos meses antes de parir que dejan de dar leche. No, Riaño no es una vaca lechera. Tampoco la paciencia de quienes se dedican al vapuleado sector primario, ni la de quienes se conectan desde el medio rural a internet o la de quienes transitan cada día por una carretera con más baches que desfachatez hay en los despachos de las casas nobles de las administraciones. «Prometieron hasta meter y una vez metido, olvidaron lo prometido». A los sujetos de esta oración habrá que decirles dónde tienen que poner las pezoneras porque de la paciencia de León, de esa, es imposible chupar más.
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