02/03/2024
 Actualizado a 02/03/2024
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No pasó de largo, 

la nieve.

Sobre el columpio la cinta blanca,

ateridos los pozos,

con asombro miraba el trigo

la penumbra del cielo.

Me ardían las manos;

los ojos del niño tan cerca

que se confundían con la luna.

Cuando quise llamarte no estabas

y en la última nieve,

efímera y rasa,

pude sentir,

ver el sobresalto,

la noción pálida

de tu rostro desnudo.

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