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Ni una más, ni una menos

13/06/2021
 Actualizado a 13/06/2021
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Que no sea asesinada ni maltratada una mujer más y que no haya una mujer menos cada día que nos acostamos. Diecisiete mujeres han sido asesinadas en lo que llevamos de año, siete de ellas –además de un menor– en el mes de mayo. Si estos datos no les parecen lo suficientemente escalofriantes, recordemos que la violencia de género va más allá de los asesinatos y que en las estadísticas oficiales no se recuentan estas víctimas no mortales. No son crímenes y casos de violencia aislados y no son perpetrados por enfermos, se llama machismo y, por desgracia, es una ideología imperante en la sociedad.

En los últimos días se ha informado del hallazgo del cadáver de Olivia, una niña de seis años, a miles de metros bajo el mar. El cuerpo de su hermana Anna, de tan solo un año, aún no se ha encontrado. El asesino, su padre, ha logrado su objetivo: matar en vida a su expareja y madre de las niñas. Esto también es violencia – vicaria, concretamente– y no se puede minimizar ni dulcificar. Hace unos diez días, una niña de cuatro años llamada Yaiza también fue asesinada a manos de su madre para hacer daño al padre. Ninguno de los casos es justificable, ninguno de los progenitores merece un perdón y todas las muertes duelen, pero es de ser muy asqueroso, ruin y rastrero el mencionar el asesinato de Yaiza solo para negar el machismo y la violencia de género existentes y que tan habitualmente se dan en este tipo de situaciones.

Una menor –aún no se conoce el paradero de Anna– asesinada por su padre para destrozar la vida a Beatriz Zimmermann, la adolescente Rocío Caíz descuartizada por su novio, la italoespañola Elena Livigni arrojada por un balcón por su pareja o la joven de quince años de Córdoba que fue violada en repetidas ocasiones por su padre y, al ir a denunciar el delito a comisaría, también fue violada por un policía. Ellas son el ejemplo más duro y reciente de una visible realidad que muchos aún continúan negando o restándole importancia. Se necesita mucha educación y, sobre todo, medidas urgentes para frenar esta ola. El machismo mata. Ni una más, ni una menos.
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