04/05/2024
 Actualizado a 04/05/2024
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Hablamos de lo mismo,

siempre de lo mismo:

es decir, 

de lo que dictan ellos.

De sus insidias,

sus patochadas,

sus pudrideros,

su ofuscación.

Como si la vida de los ciudadanos

fuera, en el fondo,

un asunto posprandial.

Convertidos en jugos y alveolos,

poco más que migajas.

¿Habrá llegado la hora

de levantarse de la mesa

y proteger el pan

de sus mordiscos infames?

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