Secundino Llorente

Muchos profesores se sienten maltratados

15/02/2024
 Actualizado a 15/02/2024
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Es ciertamente preocupante el último informe sobre el estado de ánimo del profesorado. Este estudio nos revela que una cuarta parte de los docentes se siente con síntomas depresivos e, incluso, alguno de ellos llega a intentar conductas autolesivas. 

El tema no es nuevo. Este problema ha existido siempre. Lo que pasa es que antes esto no se conocía porque no aparecía en la prensa ni en las redes sociales. Ahora todo sale a la luz inmediatamente, pero antes estas noticias se silenciaban y «lo que no sale en la prensa no existe». Que algunos profesores se sienten maltratados es algo que ha existido siempre pero solo ahora sale a la luz pública y todos lo conocen. Pinchas en Google ‘profesores maltratados’ y salen miles de ejemplos explicando lo que les ha pasado. Nos hemos pasado al otro extremo. Da la impresión de que ahora todos los profesores están siendo maltratados y de una forma cruel. Cito sólo un caso: «La Dolores –nombre ficticio– es profesora de instituto por vocación, pero lo que no habría imaginado nunca es que su oficio soñado se convertiría de golpe en una pesadilla. Sufre maltrato por parte de alumnos, de amigos de alumnos –que ni siquiera son del centro donde trabaja–. Esto hace que a veces la sigan por la calle, la increpen, le hagan fotos y se presenten en su casa, a pesar de que vive en otro municipio. Cada vez que un grupo de alumnos la sigue, la insulta y la amenaza y ella se siente atemorizada, porque dice que saben dónde vive y le dejan objetos para burlarse de ella en su domicilio». Y así, miles de ejemplos.

Pero no necesitamos ir a Internet. Los que llevamos muchos años en la enseñanza hemos visto casos en los que los profesores han sufrido verdaderamente este maltrato por parte de los alumnos e incluso por parte de los centros que no le han dado la importancia que realmente tenía. De entre todas las vivencias que he tenido en este tema voy a destacar dos: «Una profesora, catedrático ‘pata negra’, con mucho prestigio en su asignatura, llegó un momento en el que no podía entrar en la clase porque el mero hecho de traspasar la puerta del aula le suponía una depresión total. Fue hace muchos años, la veíamos llorar a la puerta de clase, paseando por los pasillos. Todos conocíamos su sufrimiento y tratábamos de ayudarla, pero ella terminó por pedir la excedencia. Aquello era una enfermedad incurable e insoportable. Si eso hubiera sido hoy habría salido en todos los medios de comunicación, pero en los años 80 ella se fue a su casa en silencio antes de su jubilación». «Otro caso grave vivimos con una interina novata que empezó a dar clase en un Programa de Garantía Social en nuestro instituto. Estos programas de la Logse tenían hasta quince alumnos (lo mejor de cada casa) y dos profesores, un maestro de cultura general y otro que les enseñaba un oficio, en nuestro caso, tapicería. La profesora de este oficio llegó con mucha ilusión al centro porque era el primer trabajo de su vida. Aquellos muchachos, de dieciséis años, le hacían la vida imposible. Un día llegó al despacho de Dirección destrozada y llorando para decirme que se iba del centro y que no volvería a entrar en la clase. Un alumno quemó una almohada en el aula y se rio de ella insultándola delante de los compañeros que le jaleaban. La situación era muy complicada y había que tomar una decisión apropiada para devolver la autoridad a la profesora y poner en su sitio el alumno para que sirviera de escarmiento a todos los demás y para que aprendieran la lección. El momento era muy difícil, pero todo salió bien y con un final feliz. La profesora terminó el curso con aquellos alumnos».

El I Estudio Nacional sobre el Estado de Ánimo de los Docentes en España, una iniciativa del diario digital ‘Éxito educativo’, la asociación de padres y madres «Educar es Todo» y la Universidad a Distancia de Madrid, Udima, confirma datos preocupantes sobre la situación de los docentes españoles. La salud mental de los profesores es ampliamente mejorable. Este estudio, en el que han participado más de 3.800 docentes de toda España y todas las etapas educativas no universitarias, revela cifras alarmantes sobre el estado anímico de los docentes en España, ya que un 38,4 % de los profesores se encuentra en un estado emocional de depresión moderada o severa. En las conductas autolíticas (que causan lesiones superficiales, pero no la muerte) un 13 % de los docentes confiesa que presenta intención de conductas autolesivas, principalmente entre las mujeres de 41 y 50 años. 

Gracias a este estudio podemos confirmar que «muchos profesores se sienten maltratados» y que es un problema a nivel mundial y es mayor en la Enseñanza Pública que en la Privada y en los Niveles de Enseñanza Secundaria mayor que en las Enseñanzas Superiores. Los profesores más jóvenes y con menos experiencia y las mujeres son factores de riesgo para recibir maltrato físico verbal y psicológico entre sus alumnos. «Ya es hora de que esto se sepa y se tomen medidas eficaces contra esta lacra que está consumiendo a muchos docentes».

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