16/08/2023
 Actualizado a 16/08/2023
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No sé si les pasará a otros compañeros de la cosa opinadora, pero servidor días tiene en que concebir el texto semanal le evoca el refrán y/o adivinanza «campo blanco, flores negras, un arado y cinco yeguas» y no como analogía del escribir, que, mellado mi arado y tordas y tardas mis yeguas, casi mejor me agarro al refrán y driblo a la metáfora por templarle el látigo a la tan en boga autoestima.
Y aún más, cuando uno se había propuesto no escribir de los pálpitos y suspiros que le provocan algunos políticos nacionales y la ingente cantidad de voceros e incontinentes verbales que sufrimos cuya única vocación –¿política o de servicio público?– es la de echar leña al fuego convivencial. Y no crean, no me es nada fácil establear mis yeguas Ironía, Risa y Provocación y, al menos, no airarles algún lance con alguno de sus mayores yerros.

Por suerte, mi memoria, tan volandera a veces, me trajo una vez más a Ramón, vecino del bloque donde se sitúa mi respiro y retiro (Bocamar), quien, un día me enriqueció de manera prolija –en su sentido de cuidadosa y esmerada– sobre el concepto vital de «mesura» en todas sus acepciones. Si no, bien que hubiera dado rienda suelta a mis yeguas hasta el galope tendido.

Y así, anda uno en sus veraniegas contenciones, cuando ¡zas! Que no llega a comprender cómo, hasta en versión civil, se multiplican los obispos y ayatolás de vario prejuicio y dogma y montan un escándalo de dos… cojones, con perdón, porque una mujer –por más que Eva se llame y sea– descubra sus pechos como remate a unas palabras en contra de la creciente censura contra las mujeres –no hablemos ya de crímenes y maltratos– y antes de cantar su canción Revolución. No llego a entender tal reacción ante tan artística y pacífica reivindicación y, a la par, evocación del muy conocido cuadro ‘La Libertad guiando al pueblo’ de Eugène Delacroix que se puede disfrutar en el parisino Museo del Louvre y que representa el levantamiento del pueblo de París contra su rey, allá por 1830. Mas, ya ven, mejor montarla con la moralidad de Eva, antes que con la defensa de la igualdad y libertad de las mujeres contra tanto macho y ‘policía moral’ existente. Mas así son los retrógrados. ¡Qué cruz!

E igual me sorprendo de cómo el PP, mientras deshoja la margarita Junts sí, Junts no, tan, de boca, constitucionalista y monárquico él no cesa en sus presiones mediáticas a la Corona para que el rey proponga a Feijóo como candidato a la Presidencia del Gobierno. ¡Vivir para ver! ¡So yeguas! ¡So! 

Buena semana hagamos y tengamos. ¡Salud!

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