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Una mesa sin patas

04/03/2024
 Actualizado a 04/03/2024
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Más o menos en estos días se cumplen cuatro años de la primera reunión de la que se llamó con toda la solemnidad posible ‘Mesa por León’, un engañabobos para que el leonés de a pie pensara que las administraciones, los partidos, los sindicatos y otras instituciones estaban implicándose por el futuro de esta tierra que cada día pierde habitantes y cada año empresas. Todo para dar a entender que la manifestación de febrero del año 2020 en la que la provincia lanzó un mensaje de socorro había servido para algo, pero sin mayores pretensiones, como le digo, que las de hacer un paripé.

Dicho con otras palabras y con la perspectiva del tiempo aquella iniciativa fue una cortina de humo para desviar la atención de los leoneses más agitados en ese momento con que se estaba haciendo algo pero en realidad no se hacía ni se iba a hacer nada. Aquí están las pruebas cuatro años después… Claro, que alguno echará la culpa a la pandemia, a las guerras montadas por ahí, o incluso al siempre recurrente calentamiento global para justificar la inacción de lo que pretendía ser un grupo de trabajo con varios agentes implicados pero resultó ser otra pantomima más.

La llamada ‘Mesa por León’ no tenía patas o no las tenía lo suficientemente fuertes y asentadas como para resistir los envites de unos y de otros por la absoluta falta de interés y de compromiso con la provincia por parte de los partidos de ámbito nacional, mientras que los de aquí se están matando entre sí con localismos, regionalismos y argumentos provincianos de lo más estúpido para seguir dividiéndose y no ser capaces de pescar en el río revuelto. Eso y la constante resignación o lamento de inferioridad y dependencia de Madrid y de Valladolid que predica el leonesismo.

En esta mesa sin patas, después de los políticos está el capítulo de los sindicatos, que si alguien pensaba que los sindicalistas de arriba se iban a poner a trabajar en algo es que todavía a estas alturas no sabe cómo funcionan estas organizaciones en España. Por eso era difícil que entre tanto vividor y tanto mediocre saliera adelante un proyecto de futuro para la provincia leonesa.

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