03/10/2023
 Actualizado a 03/10/2023
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Una mayoría puede decidir muchas cosas, pero eso no quiere decir que tenga siempre razón. Esto resulta fácil de demostrar con un simple ejemplo. Don Fernando es un prestigioso profesor de matemáticas y acaba de poner un examen no muy complicado de álgebra a sus veinticinco alumnos. No olvidemos que las matemáticas son ciencias exactas. Solamente nueve han aprobado y con nota bastante baja. Los demás: doses, treses y ceros. Todos dicen que es una clase muy problemática. Lo cierto es que es mayoritariamente ignorante en matemáticas. La mayoría no siempre tiene razón a la hora de resolver los problemas. 

Siguiendo con las matemáticas, que son ciencias exactas, está claro que son más diez que dos. Ahora bien, es preferible para alimentarse dos kilos de garbanzos a diez kilos de basura. Que una mayoría vote algo no significa que tenga más razón que la minoría. «Qui potest capere, capiat». La traducción en Google.

Desde esta sencilla columna de opinión más de una vez he criticado al actual presidente de gobierno en funciones, coincidiendo con otras muchas personas sensatas que piensan lo mismo. Pero tampoco hemos dejado de criticar al líder de la oposición y seguimos estando en desacuerdo en alguna de sus actuaciones. Pienso que le faltaron reflejos en la campaña electoral y que por eso no está durmiendo ahora en la Moncloa o, formulado en positivo, gobernando España. Pero, dicho esto, hemos de reconocer que en su fallido debate de investidura ha demostrado ser un gran parlamentario. Aunque no haya ganado la votación, su victoria moral es innegable. Ha sabido poner en evidencia las miserias de la mayoría matemática. Ha conseguido despertar el pánico en Sánchez, agazapado en su sillón, que no se ha atrevido ni a abrir la boca ni a dar la cara. A eso se le llama cobardía.

Nos alegramos por el éxito de Feijóo, que ha ganado muchos puntos, aunque las matemáticas no le hayan ayudado. Soy consciente de que mi opinión no le va a llegar, pero pienso que debería tener en cuenta al menos dos cosas: defienda nítidamente el derecho de nacer, independientemente de que no le guste a la progresía, y no caiga en la trampa de demonizar a Vox, porque lo seguirá necesitando. No es un partido más, como UPYD o Ciudadanos, que apenas se diferencian del PP o del PSOE. Es la voz crítica de millones de españoles de derechas que no están dispuestos a que se olviden o traicionen una serie de valores que nada tienen que ver con la cultura de la cancelación o del pensamiento débil.

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