16/09/2023
 Actualizado a 16/09/2023
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Hay un viento que se grita a sí mismo
y viaja bronco y temible
bajo los hombros de la tierra.
Galopa hacia nosotros,
criaturas frágiles,
y no se amilana,
carece de piedad,
es la sombra negra del mundo.
¿De qué fuente emana 
tanta ira?
¿Quién la nutre?
¿Quién la convoca?
Einstein se equivocaba:
Dios no juega con nosotros a los dados
–tristes tahúres–,
sino con las cartas marcadas.

 

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