26/08/2016
 Actualizado a 18/09/2019
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No volvimos a saber más de los cinco violadores de San Fermín, aunque dice un buen abogado que si les cae un año entre rejas ya será mucho... ¿Doce meses por una violación múltiple a una chica, y ya? No lo creo. El caso ha provocado tal alarma social que se montaría parda si el castigo no se ajusta al dolor y el daño que causaron. Mientras tanto, siguen presos, y se quejan sus abogados de que los compañeros de la cárcel no les han recibido con los brazos abiertos precisamente...

Me llama poderosamente la atención cómo se protege en los medios de comunicación a estos cinco indeseables. Circulan por las redes fotos suyas disfrutando de la juerga en Pamplona, algunas puede que de después de haber abusado salvajemente de la chica... Sin embargo, se protege la identidad de estos tipos, se difuminan sus caras, ¿por qué? No se publican sus nombres y sus apellidos, sólo las iniciales, ¿por qué? Cierto que sólo son ‘presuntos’ violadores hasta que una sentencia diga que abusaron, agredieron, violaron y robaron a una mujer, pero no es que se haya publicado, ni que ella los haya denunciado, es que además hay un vídeo en el que se ven las hazañas de estos cinco bastardos, un vídeo repugnante que sus abogados dicen que era sólo para «su uso», que «no pensaban hacerlo público»... Pero es que resulta que ese vídeo existe. Lo grabaron, y hay que ser muy miserable para sacar el móvil mientras ves lo que está ocurriendo, para unirte a esa barbarie y presumir de ella... Y luego se lo enviaron, como mínimo, al grupito de whatsapp ‘La manada’.

No se entiende por qué quienes estaban al otro lado, en Sevilla, no sólo les rieron la puta gracia («follándonos a una entre los cinco») sino que no fueron inmediatamente a denunciar. ¿Y si fue uno de ellos –avergonzado, asqueado– el que filtró todo a la policía? Te quedas sin manada, chaval. Cagada de manada.
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