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Luces, carriles… ¡rotación!

18/04/2021
 Actualizado a 18/04/2021
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Los ojos bien abiertos, el ceño fruncido y la mano derecha sobre la bocina del volante. Mi cuerpo tenso sobre el asiento del conductor de un pequeño coche negro y la mujer que me dio la vida en el de al lado. Detrás de nosotras, en sentido circular, numerosas personas en otros vehículos, quizá con un semblante parecido al nuestro. Justo delante, un coche cortando nuestro camino en perpendicular. Esta situación se repitió tres veces en menos de doce horas y en la misma localización. Si les digo que se trata de una rotonda, estoy segura de que han vivido esto en infinidad de ocasiones.

La conducción en estos espacios circulares implica dos normas básicas, aunque puede incluir otros cuantos factores. La primera es tener conciencia de una pequeña palanca situada, generalmente, en el lado izquierdo de nuestro volante. Subirla y bajarla hace que se enciendan unas luces parpadeantes y naranjas en los faros del vehículo. Esto es lo que se conoce como intermitentes, aunque haya quienes aún no los conozcan. Hay que ponerlos, amigos, y, si no es mucho pedir, utilizarlos correctamente. Son solo dos, no es muy complicado. La segunda premisa es que la persona que circula por el carril exterior es quien tiene preferencia, es decir, no puedes salir desde un carril interior cortando su paso y sintiéndote el rey de la carretera. Si eres de los que comprende y cumple esto, enhorabuena, es un placer y un alivio compartir carreteras contigo. De lo contrario, no estaría mal empezar a dejar el egoismo y la superioridad atrás, que ya somos todos mayores de edad.

De hecho, ser o no consciente es la base del problema. Absolutamente todos hemos cometido errores al volante, generalmente de carácter leve, que han podido poner en peligro o dañar algún vehículo. Sin embargo, la mayoría son fallos inconscientes, puntuales y solventables en cuestión de segundos. Por el contrario, quienes circulan sin respeto son conscientes de lo que hacen y no les preocupa nadie que no sean ellos mismos. Seamos cívicos, conscientes y respetuosos: todas las vidas importan y nadie quiere lamentar muertes injustas. O tomas conciencia o quizás el próximo seas tú.
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