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Los otros niños de León

01/11/2015
 Actualizado a 09/09/2019
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Ahmed, Elbar, Lhasan, Hanan, Lamira, Neima, Ali, Elhes, Lala, Blal, Salama, Eyub, Said o Mbarca son ‘Los Otros Niños de León’, chavales saharauis que estuvieron en nuestra tierra el pasado verano para disfrutar de unas ‘Vacaciones en Paz’. Desde la década de los noventa y en época estival esta iniciativa ciudadana se marca como objetivo paliar las necesidades sociales, educativas y sanitarias de unos guajes que podrían ser los nuestros. Las familias españolas de acogida, más de doscientas en Castilla y León, quedan impactadas para el resto de sus vidas tras el paso de estos pequeños. «Cambiamos más nosotros que ellos», me decía una leonesa cuando trataba de explicar lo que sienten al verles marchar de nuevo hacia el desierto. Estos niños saharauis, hijos y nietos de ciudadanos con DNI español, sobreviven en el mayor campo de refugiados de nuestro patio trasero, ese al que España no mira desde que abandonó la provincia 53, allá por 1975. ‘Los Otros Niños de León’ llevan quince días sufriendo la ira de la naturaleza en forma de inundaciones provocadas por la peor temporada de lluvias que se recuerda en mucho tiempo. Sus humildes casas de adobe han quedado destrozadas, un buen número de jaimas ya no existe y gran parte de los escasos enseres se fueron con las riadas. En un reciente comunicado, la Media Luna Roja alertaba de la catástrofe humanitaria mientras que Naciones Unidas cifraba en cientos de miles los desplazados que vagan desesperados por un terreno cada vez más hostil. Imagino a madres como la de Iselmu, el protagonista de mi primera columna en este periódico, levantando desde cero su tienda, luchando contra los vientos, aguantando el insoportable frío, buscando provisiones, cuidando a la prole, recuperando la dignidad al fin y al cabo tras el enésimo golpe. Allí no veremos desplegarse a la Unidad Militar de Emergencias, ya que, según el Frente Polisario, nuestro Ministerio de Exteriores no ha respondido todavía a la petición de ayuda. En el prólogo de la novela ‘Asesinar al Rey’, escrita por el médico leonés Antonio Martínez Llamas, se cita una frase pronunciada antes de la muerte de Franco por uno de los más altos cargos de aquel siniestro régimen, Antonio Carro: «Hoy por hoy el Gobierno español no está vinculado por compromiso formal alguno respecto a la suerte del territorio y de la población saharauis». Aquel vergonzoso decreto de olvido sigue hoy más vigente que nunca, de legislatura en legislatura, de González a Rajoy pasando por Aznar y Zapatero.
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