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Leonesismo rentable

16/01/2020
 Actualizado a 16/01/2020
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«Sin León no hubiera España» recitó Alfonso Fernández Mañueco en su visita institucional y algunos pensaron que el presidente de la Junta iba a capitular porque el himno de la ciudad continúa con «que antes que Castilla leyes, concilios, fueros y reyes dieron prestigio a León». No estaba bien traída la cita (o la broma), ni reabrir la competición absurda de la contribución histórica de los territorios, pero el salmantino no es un troyano en Castilla y no vino a arrancarse el león púrpura de las banderas.

Aunque en cierto modo sí que capituló Mañueco enseñando la patita del modelo sanchista, ese que considera que «tender puentes» con quien le aprietan las costuras constitucionales es comprarle los sentimientos con inversiones. Dijo el presidente de Castilla y León que trabajaría por la implantación de nuevas empresas, para corregir los desequilibrios y en la lucha contra la despoblación. ¡Faltaría más! Esperemos que sea su intención para las nueve provincias y no solo una carta a los reyes leoneses. No tardó el alcalde en espetarle eso de que 35 años de agravios no se solucionan en unos presupuestos. No aclaró si se resolverían en unos cuantos.

Erró Mañueco al hacerle el juego de las ofensas a esta nueva oleada de leonesismo rupturista pagando con tributos las amenazas como vienen aprovechando de antiguo los otros nacionalismos. A subastar el acomodo autonómico despreciando la lealtad de la ‘mayoría silenciosa’ que le diría Juan Vicente Herrera del resto de provincias con idénticos problemas demográficos y de falta de oportunidades. Tendrá que llevar ahora bien provista la chequera durante el resto de su gira de invierno. Quizá le pudo el miedo escénico como a Luis Fuentes cuando se vino a León a anunciar el desmantelamiento, que no ha sido, de la Fundación Villalar. «Desde la debilidad se encuentran muchas dificultades para el entendimiento», sentenciaba Abril Martorell.
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