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León en un túnel

22/01/2019
 Actualizado a 07/09/2019
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Al parecer ahora es cosa de ventiladores. No de esos que algunos utilizan cuando se retiran de la política y empiezan a decir cosas que cuando vivían preparando permanentemente oposiciones a un nuevo puesto dentro sus organizaciones negaban con el silencio o poniendo caritas como la de los colaboradores de los concursos de talentos musicales cuando quieren arrancar el aplauso de los espectadores. Sí, esas caritas que sirven para crear consensos sobre el talento, el arte o la inspiración de más de una medianía.

Los ventiladores de los que hablo son los de esos interminables túneles que conectarán León con Asturias y que se comen la mayor parte de la inversión de obra pública que recibe esta tierra, y que al parecer ahora se han convertido en la principal amenaza para la terminación de la variante en 2020. Son ventiladores de túneles ya veteranos, compañeros habituales en los últimos años de nuestras lecturas de periódicos, con su siempre esperanzadora luz al final, pues ya se sabe que en esto de la política y de la manipulación mediática funciona, y mucho, lo de la asociación de ideas. Túneles que también evitan ver más allá, que nos encapsulan la visión en una única dirección, que evitan la construcción crítica de otro pensamiento y adormecen una reacción, que por acumulación de mentiras, por el expolio acumulado y por la burla y el cachondeo con los que algunos actúan, debería ser casi a mordiscos.

Siempre hay alguna razón o alguna excusa para seguir en este túnel interminable. Mientras olvidamos que el futuro de León ya no pasa exclusivamente por esos túneles, igual que sabíamos hace muchos años que no pasaba por las profundas oscuridades de las galerías de las minas. Nuestro futuro pasa por los espacios abiertos, por la comunicación sin trabas con el resto de regiones de nuestro entorno, por un León abierto y no por un León obligado a mirar a una única dirección.

Ahora que, gracias al alcalde de Valladolid, el victimismo ya no es nuestro único y característico patrimonio, podemos pasar página. Es el momento del León que siempre tuvo que ser.
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