Las Marías, Dulce Nombre

Hoy sábado, la Cofradía María del Dulce Nombre conmemora su XXV Aniversario en un auditorio en el que desde del miércoles cuelga el cartel de ‘no hay billetes’.

Hace unos meses cuando mi admirado Sergio Jorge, me realizó una de las mejores interviús que me han hecho jamás, tuvo a bien preguntarme sobre qué Cofradía me gustaba, a parte de la mía claro está, mi mujer me recordó que los nervios me habían jugado una mala pasada ya que hasta ella misma se extrañó de que se me olvidase citar a las Marías.

Les diré que durante muchos años he tenido con las Marías una relación de amor-odio. Amor, al ver su afición, ilusión y sentimiento, más incluso que las llamadas viejas cofradías. Recuerdo con cariño aquellos ensayos de los domingos por la mañana en el CHEF, porque hace 25 años ya había una Cofradía que ensayaba con su banda, que sabía que se comenzaba a andar con el izquierdo y que bajar el paso mientras sonaba la música era una falta de respeto a muchos meses de esfuerzo.

Sin embargo, recuerdo sentirme contrariado al acompañarlas cada Jueves Santo, porque nosotros, los de las cornetas y tambores del dulce nombre, queríamos descansar esa tarde para estar frescos en Viernes Santo.

Y así, cada Jueves nos prometíamos no tocar más de 20 marchas en todo el recorrido, y sólo donde hubiese mucha gente. Pero de nada servían esos buenos propósitos porque acabábamos rindiéndonos ante el buen hacer de las chicas. Pueden imaginarse lo que ocurría, una marcha tras otra hasta perder la cuenta y a las dos y media de la madrugada, te sentabas en casa con la radio puesta y el labio hinchado, mientras limpiábamos las cornetas para el día grande. Y era ahí, en ese momento, cuando te dabas cuenta que el Viernes Santo realmente comenzaba con la Cruz de Guía de las Marías y que el día más importante del año tenía dos descansos.

Es imposible entender la Semana Mayor sin la participación activa de la mujer. Y las de negro y verde llegaron para dignificar su figura. Una Cofradía sólo de mujeres que cada año nos da una lección de organización y buen hacer.

Varios han sido los actos que se han realizado con motivo del año de la mujer papona. Y ellas han aportado mucho no sólo a nuestra semana sino también a nuestra sociedad, ¿Por qué no devolver todo ese esfuerzo con un tramo de puja en la procesión del Viernes de Dolores, La Antigua del Camino? Algo tan sencillo como las mujeres portando a la mujer y escoltadas con miles de velas de mujer.