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Las ‘filtraciones’ del PP

14/04/2023
 Actualizado a 14/04/2023
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Anteayer, por la tarde, se conocía la lista del PP al Ayuntamiento de León para las municipales de mayo. Y resulta que según Ester Muñoz, la presidenta del partido en la provincia, se trataba de una filtración interesada, carente de rigor. Falsa de toda falsedad. O no. Tampoco lo aclaraba. Mientras, luciendo una sonrisa a media asta al señalarlo con cara de no haber roto nunca un plato, venía a decir que los leoneses son idiotas y se les podía tomar el pelo. ¿Cómo que desconocía la procedencia del supuesto bulo? ¿Acaso tienen un topo en la sede del Paseo de Salamanca? ¿Pero en qué mundo vive la también delegada territorial de la Junta?

Esa supuesta filtración tiene nombre y apellidos. Y lo sabe. Y si en el partido hubiese un mínimo de rigor y de vergüenza, ya le habrían dado una patada en el culo –como suena, en el culo– a quien se ha permitido chulear a la dirección regional, a Mañueco y compañía, y a la provincial, es decir, a la propia Muñoz y resto del ‘personal de confianza’. ¿Qué es eso de «que no se sabe» de dónde viene el filtraje?

Lo que ocurre es que, ahora, se sienten atados de pies y manos ante la opinión pública, y tomar un decisión drástica –que ya deberían haber resuelto hace unas semanas– les acojona. Temen al escándalo que podría producirse, a los dimes y diretes y a los corrillos, cuando sería todo lo contrario. Saben perfectamente que se han equivocado desde el primer momento, pero son incapaces de afrontar el problema en corto y por derecho. Y solo es el principio de lo que puede venir.

Que la lista hecha pública tenía más gatos que un desván, era un hecho. Primero, porque sería una ignominia democrática desplazar a Ricardo Gavilanes al número tres cuando eso no era lo pactado. O a Javier García Prieto al catorce, cuando su lugar natural era de un solo digito. Y más, en su caso, por las adhesiones que comporta en la ciudad. O a Fernando Salguero, actual viceportavoz, al undécimo, saltándose los acuerdos asumidos al respecto. Ni qué decir de Aurora Baza, una gran trabajadora que siempre lo ha dado todo y a la que despreciarían de mantenerla fuera de expectativas; o a una repescada María José Álvarez Casáis, a quien otorgaban clandestinamente el doce más uno. Un despropósito.

Pero aquí no pasa nada porque nadie asume responsabilidades. Y Ester Muñoz, que ejerce de ‘ama’ del tinglado, tiene la responsabilidad de evitar que nadie atente contra el buen nombre del partido, si es que a estas alturas cabe expresarlo así. Y aunque la chapuza ya está hecha, debería apretar los dientes, dar un golpe sobre la mesa y poner orden de una puñetera vez. La ‘filtración’ no es cosa de un afiliado distraído o de alguien que pasaba por allí. Sabe perfectamente –o debería saber- quién ha montado el tinglado y por qué motivos. ¿Seguirá sonriendo? Tendría que reflexionarlo.
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