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La vuelta de la tortilla

23/07/2023
 Actualizado a 23/07/2023
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¡Qué monumental tostón recuperar la memoria, cuando se trata de historia pasada con mucha pena y dolor! Mejor prosiga inhumada que por orgullo realzada y sacada a colación. Siga, pues, bien macerada bajo una losa pesada como un martillo pilón. Mas, si ha de abrirse el arcón de aquella incivil campaña, que sea para borrar el cisma de nuestra España herida como nación, y lo vil de su tragedia que a tantos cubrió la tierra sin visos de exhumación.

Aunque solo los ilusos creyeron no ocurriría, la ‘derechita cobarde’ –que así la tilda Abascal, de ultraderecha su guía, atenuando la voz de este oxímoron felón, pues disminuye la coz contra Feijóo y compañía– se barrunta que en las urnas la ‘derechona valiente’ alcanzará mayoría –sin que el ínclito Tezanos a la cabeza del CIS acertase en profecía–; con los Pepés rimbombantes y los Vox en cofradía como felices amantes, ¿cabe mayor alegría? Si antes fue el comunismo, ‘felipismo’ y Zapatero los que tuvieron el morbo, ahora el voto ha decidido que el ‘sanchismo’ es un estorbo por ser ya un caso perdido.

Permiso pido al lector por sacar a relucir con rezumo de ironía antaño gloriosos días de aquella guerra civil, y en ella mordido el polvo en ‘paseos’ y trincheras de hispanos quinientos mil, a los que hay que añadir quienes de fuera vinieron con pasión a combatir y su vigor no cejaron hasta vencer o morir. Y en su contra altanería de soberbios nacionales porque la guerra ganaron, derrochando bizarría contra los rojos de antes, y hoy secundan los votantes ganando en paz la porfía. Y, así, sin vergüenza yo, todo esto añadiría:
¿Quién fue el tipo que predijo esta blasfemia tamaña: «Yo quitaré el crucifijo de las escuelas de España, y de católica hazaña muy pronto habrá de tener sólo polvo y telaraña», siendo infame diputao por haber sembrao el mal, cardos, zarzas y cizaña?
Azaña.
¿Y quién miserable y ruin se llevó el oro de España a la Rusia de Lenin?
Negrín.

– ¿Y el demagogo más fiero que sentía gran desprecio por el mundo del dinero y por contra más aprecio hacia el pobre jornalero?
Pues, un Largo Caballero.
¿Y de todos el más necio?
¡Quién iba a ser, Indalecio!
¿Quién le dio lustre al gatillo en tierra de Paracuellos, llenando de sangre aquello bajo la hoz y el martillo?
Carrillo.
¿Y quién, asaz contundente, les echó de España a todos, siendo no obstante indulgente, bajo palio muy frecuente, patriota sin parangón —aunque de altura chiquillo conformes a rebajar proverbial elevación— y de porte edulcorado tal cual dulce de membrillo?
El Caudillo.

– ¡Bendita tu rebelión, gloria a ti, generalísimo! por salvar a la nación de las garras del marxismo, anarquía, desunión; y librar al cristianismo del ateo y del masón en consejo sumarísimo e inmediato paredón. Que a ti la guerra te mola cuando en ella hay muchos moros, y conchabado con Mola, a aquellos que no mataste los trajiste casi a todos, para romperles la crisma a los frente-populistas tal se apuntilla al toro, como antaño la morisma hizo trizas a los godos. Viendo a la patria maltrecha en el imperio hacia Dios, la orientaste ‘cara al sol’ bajo un yugo y unas flechas sin miedo a la insolación. En deseos yo me ardo llegue inminente la fecha de elevar a los altares a Su Excelencia del Pardo y juntito, a su derecha, doña Carmen, con un nardo, ataviada de collares, sonriente y satisfecha cual Gioconda de Leonardo.

¡Viva España!, y la mentira, que la verdad ya no presta en ningún punto de mira.
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