De los creadores de «no soy presidente del Gobierno porque no quiero» llega ahora «no soy delegado del Gobierno en Castilla y León porque no quiero». El presidente del PSOE autonómico recibía así al personal la semana pasada en Valladolid, durante un café con los medios de comunicación organizado por el partido. A nadie le pueden extrañar ya los desprecios a sus propios compañeros de partido (aunque fuera cierto: ¿por qué no te callas?) y la verdad es que resulta creíble, porque ha conseguido que cobrar lo mismo llevando una mancomunidad de aguas y se viaja mucho menos. El silencio de su partido es escandaloso.
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