23/06/2023
 Actualizado a 23/06/2023
Guardar
Lo que más me gusta de la Inteligencia Artificial es que, en español, sea un ente femenino. Le preguntamos a ‘ella’, hablamos con ‘ella’, le tememos a ‘ella; ella por aquí, ella por allá. Como si fuera una especie de diosa suprema, la diosa del oráculo, a quien hay que consultar y temer a la vez.

Acabo de volver de un congreso sobre nuevas tecnologías en museografía y, por supuesto, la IA era uno de los temas estrella. Hubo polémica enconadas y miedos casi atávicos. Alguien dijo esto es como cuando se le temía a la electricidad, oh, la electricidad va a acabar con las velas (como ocurrió), con los serenos que encendían las farolas de gas (también ocurrió), con la vida humana (obviamente, no ocurrió). Flotamos en un debate enmarañado y global sobre la IA. Yo, como escritora, periodista y profesora, estoy inmersa en ese debate hasta el cuello. Lo que más tememos los escritores es la indefensión de la propiedad intelectual; los periodistas, la falta de veracidad (ahora cualquier cosa puede parecer tan creíble que será muy difícil distinguir las ‘fake news’); los profesores, que los alumnos hagan los trabajos con la IA o que la IA les haga los trabajos (cuando la parte práctica es ahora la más importante de una carrera). La diosa IA debe de estar riéndose a mandíbula batiente de nosotros y, a nosotros, en unos años, este debate también nos producirá hilaridad. Seamos prácticos: la IA ha llegado, así que saquémosle partido.

Soy consciente de que como escritora tendré que competir con libros generados por IA. Pero aún sigo creyendo que la inteligencia humana, llamémosla la IH, el factor H, puede producir creaciones increíbles y absolutamente personales. Quizá haya que inventar una especie de sello: «Obra producida por IA» o «por IH». ¿Y cómo podrá distinguirse? Seguramente surgirá una nueva profesión que consistirá en distinguir las creaciones de la IA de las de IH (lo digo, sobre todo, pensando en los derechos de autor). En el periodismo las entidades que persiguen las ‘fake news’ serán cada vez más potentes. Ahí veo un nicho para los periódicos: si un medio se posiciona como fiable y comprueba todas sus noticas antes de publicarlas, triunfará en medio de esa espesura informativa que se nos viene encima. En cuanto a la enseñanza, yo soy partidaria de una mayor oralidad y presencialidad: la única forma de comprobar que tus alumnos estudian es que participen en clase y que hagan los exámenes orales.

La IA va a cambiarlo todo, así que, por primera vez en la historia, ‘ella’, una mujer, ganará y reinará por los siglos de los siglos. Amén.
Lo más leído