22/10/2023
 Actualizado a 22/10/2023
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De la ciudad que para mí de niño era la capital de Alemania (pero que solo lo era de una mitad), Bonn, salió la materia y la idea de lo que acabaría levantándose en 2013 como el imponente órgano de nuestra Catedral de León. Era la culminación del deseo de todos los amantes de su música instrumental. Profesionales y aficionados, que llevaban décadas ansiando y batallando por sustituir el órgano existente desde 1955 por uno más conseguido. Por ello, este sábado 14 hubo en la catedral un concierto de conmemoración de los diez años de la llegada de ese ingenio ‘bigger than life’. Es superlativo lo del órgano, y yo sin saberlo. 
Me acuerdo de algunos fragmentos interpretados al órgano en el Santuario de La Virgen cuando íbamos los domingos (antes de la caída del Muro) a misa de tarde en verano y regresábamos con unas nécoras merendadas en el Ibáñez. Pero distan de lo que oí el sábado sentado en un banco a escasos metros del coro en una catedral tenuemente iluminada para la magia. Quizá fue culpa (obra) del organista valiente Jean-Baptiste Monnot, quien tocó esa tarde piezas de Bach, Mozart, Guillou, Franck y Tchaikovsky por la que se llevó ovaciones a un extremo y al otro de su posición ante las que tuvo que hacer las reverencias para la parte más privilegiada de su público mientras otra tanta no veía ni un tubito, y la restante estaba sentada con el cuerpo revirado para verlos. O quizá se debiese la magnitud de aquello al repertorio, que incluyó múltiples bises que no supimos anticipar los no iniciados. 

Desde luego que la gratuidad de la audición no contribuyó a la solemnidad, aunque sí al lleno y a un cierto runrún de expectación. Me costó encontrar hueco, pero logré asiento al lado de la Carolina Herrera de turno desvaneciéndole la ilusión de que llegase una amiga más. Delante de mí los móviles iluminaban más que los candiles, pero aun así eran menos incendiarios que los comentarios sobre el Deán. Las maledicencias quizá fuesen el resultado de la añeja polémica provincial entre el Cabildo y la Asociación de Amigos del Órgano por el nombramiento del organista. No tengo ninguna punta que sacar sobre aquella, solo desear que el Festival se reanude cuanto antes. 

Leo ahora que incluso tiros al aire se dieron dentro de la nave central para estudiar la acústica previa al diseño del órgano alemán. Así ruge Klais. 

 

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