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Inicio de andadura

18/10/2023
 Actualizado a 18/10/2023
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Un nuevo desafío verbal que nos imponemos. Escribir una columna de periódico –lo llevamos haciendo, de distintos modos, desde los años noventa– supone aceptar, al menos, dos elementos que marcan la andadura del género: la periodicidad y la actualidad.


Hemos elegido una periodicidad quincenal, para darle al hálito de las palabras un ritmo más bien sosegado, y que no adquieran el riesgo de asfixiarse ni de atropellarse las unas con las otras. Así es que el primer rasgo del género, al menos, lo cumplimos.


Pero el de la actualidad ha de ser más discutido. La actualidad puede entenderse de muy distintos modos. Nunca hay una actualidad. Hay actualidades. Conviven unas con otras. Y, en no pocos momentos, se solapan. No nos interesa apenas ese sesgo obvio de la actualidad, que es aquello de lo que todos se enteran y que todos comentan.


Y, en la sociedad del espectáculo –como la definiera el situacionista Guy Debord– que nos toca vivir, sufrir y aun padecer, parece que lo único real, que lo único existente, es aquello que está en el primer plano. Y lo que está detrás, aquello que no se percibe, es como si no existiera.


Pero también existe. Y hay que detectarlo y desvelarlo. Y hay que buscar el sentido que tiene. Y hay que hurgar detrás del telón, para descubrir lo que también existe, pese a que, aparentemente, permanezca escondido.


Sin embargo nosotros, en este «descenso a la provincia» (recordemos a Elías Canetti, en ‘La provincia del hombre’), no queremos sujetarnos a las actualidades (aunque, cuando nos parezca conveniente, las abordaremos), sino más bien al ámbito de la memoria, al ámbito de lo que podríamos llamar las culturas campesinas del área leonesa (que se extienden por buena parte de la antigua vía de la plata), para poner sobre el tapete nuestro patrimonio, nuestros patrimonios.


Patrimonios etnográficos, artísticos, literarios…; patrimonios en los que entra la labor y el trabajo, por una parte, pero también la celebración; donde aparecen los modos de vestir, de comportarse, de crear y de creer, de razonar y de sentir; en definitiva, los modos de estar en el mundo de nuestras gentes más humildes y más sufridas.


Memoria. Patrimonio material e inmaterial. Culturas campesinas. Oeste peninsular o ámbito leonés… Serán los parámetros por los que transitemos en esta andadura verbal, marcada por una periodicidad juanramoniana (sin prisa pero sin pausa), que alberga un propósito: que sepamos lo que hemos sido, lo que somos; que conozcamos el patrimonio que hemos ido elaborando en nuestro existir en el tiempo.
 

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