Helicóptero a Requejines

19/01/2024
 Actualizado a 19/01/2024
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Va a parecer este pequeño espacio una columna de opinión de la revista ‘Aviación’, pero lo cierto es que la información de nuestro pequeño aeródromo se sucede estos días. Si hace un par de semanas reivindicaba en estas mismas líneas el potencial que puede tener el Aeropuerto de León en un momento en el que, sin necesidad alguna, el nuevo ministro de Transportes ponía sobre la mesa la posibilidad de cerrar alguno de los aeródromos de la comunidad quizás no oficialmente, pero sí de facto, pocos días han tardado en pelear contra sí mismos los responsables de su gestión.

Y es que, previa publicación en el Boletín Oficial de la Provincia para su aprobación (también en el de facto, no en el que nadie lee), conocíamos que la gran propuesta de las mentes pensantes del Consorcio del Aeropuerto es incorporar un vuelo directo entre Oporto y León bajo el argumento de, ojo, promocionar las estaciones de esquí de la provincia entre los aficionados portugueses a los deportes de invierno, que según dicen, son un 7% del total. Es una pena que esas cabezas pensantes no lleven hasta el extremo último sus delirios, montando qué se yo, unos helicópteros que recogiesen a nuestros vecinos en algún lugar de la desembocadura del Duero con los esquís ya puestos y les soltasen en lo más alto de las estaciones como hacen los ricos que esquían en los Alpes.

Si hay algún ciudadano de Oporto que esquía en León es porque el viaje en una de las opciones más cercanas para hacerlo y viajar cómodamente en coche con todos los atavíos que se necesitan para tal actividad. Absolutamente nadie que tenga que coger un avión para esquiar elegiría hacerlo en estaciones que, con un nivel adecuado para el público local o vecino, está muy lejos de la oferta de las de los Pirineos o Sierra Nevada.

Hay que recordar que el Consorcio del Aeropuerto paga con dinero público para que haya vuelos desde León. Cabría exigirles cuanto menos que los que subvencionen aporten algo a los que aquí aguantamos, no a sus negocios ni a los de los habituales. Mientras eso no cambie, seguiremos siendo tremendamente leoneses, es decir, pegándonos tiros en los pies.

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