08/11/2022
 Actualizado a 08/11/2022
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La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha concedido al Sistema Agrosilvopastoril Montañas de León el reconocimiento como Sistema Importante del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM), máxima distinción que identifica espacios únicos que destacan por sus valores paisajísticos, agrarios, culturales y antropológicos, tras impulsar la Diputación Provincial de León esta candidatura.

León es Patrimonio Agrario Mundial por las Naciones Unidas, nada más y nada menos. Los leoneses y las leonesas tenemos el privilegio de sentirnos parte de ello y la obligación de mantenerlo para que no muera y de hacerlo resiliente para que sea competitivo en un mundo que en los últimos tiempos nos ha hecho dudar de nuestra forma de vida dependiente de fuentes de energía no sostenibles y está empeñado en enseñarnos que, si no defendemos la salud pública, la sanidad animal y la defensa del medio ambiente como una sola salud el futuro es incierto y previsiblemente corto.

Los sistemas agrarios tradicionales siguen proporcionando alimentos a unos dos mil millones de personas en la actualidad. También sostienen la subsistencia del medio rural, la biodiversidad y la cultura. Este patrimonio agrícola mundial debe ser reconocido y apoyado de manera que le permita seguir existiendo, evolucionando y proporcionando bienes y servicios para las generaciones presentes y futuras.

Para detener la rápida degradación de los SIPAM, primero se debe reconocer su naturaleza. Su resiliencia depende de su capacidad para adaptarse a nuevos desafíos sin perder su riqueza biológica y cultural y su capacidad productiva. Esto requiere una innovación agroecológica y social combinada con una transferencia del conocimiento y la experiencia acumulados a lo largo de las generaciones. Intentar conservar los SIPAM congelándolos en el tiempo seguramente conduciría a su degradación y condenaría a sus gentes a la pobreza. Por eso es vital no permitir retrocesos y se tornan, aún más si cabe, peligrosas las derivas de los últimos tiempos de la Consejería de Agricultura y Ganadería de «este modelo de éxito de comunidad» en temas tan importantes como el saneamiento ganadero. Afirmaciones como las del consejero del ramo de: «La tuberculosis no es problema de salud pública» o la imagen de un vicepresidente indultando vacas en la montaña de León no ayuda a estos propósitos y minusvalora la gran labor de los servicios veterinarios de salud pública de Castilla y León en la erradicación de la tuberculosis en nuestra cabaña ganadera que no solo es un problema grave de salud pública, sino que podría lastrar el comercio de animales vivos y sus productos poniendo en riesgo la viabilidad de las explotaciones bovinas.

León ha sido reconocido junto a otros cuatro territorios ubicados en China, México, Marruecos y Tailandia en el marco de una reunión celebrada esta semana pasada en Roma apenas unos días después de que el Programa SIPAM, nacido en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible celebrada en Johannesburgo en 2002, haya celebrado su vigésimo aniversario. Sin embargo, permitidme aquí sacar el orgullo cazurro, León es único, 10.000 km cuadrados de territorio montañoso con un enfoque multi-productivo, agrícola, ganadero y forestal. Albergamos el mayor número de reservas de la biosfera del mundo (siete), además de cinco reconocimientos de la Unesco y la mayor parte del único Parque Nacional habitado de España, Picos de Europa.

Para que este reconocimiento se convierta en un incremento de oportunidades de futuro en nuestra montaña es necesaria la unión política, social y regional, porque tenemos el patrimonio y tenemos el reconocimiento. Mi amiga y compañera, veterinaria del Cuerpo Nacional Veterinario, Beatriz Fonseca en sus rrss junto con este gran anuncio para León escribió: «¿Hay quién luche?», expresión con la que tradicionalmente empezaban los corros de lucha leonesa, en respuesta a esta pregunta finalizo con la frase que dediqué a mis compañeras y compañeros durante el conflicto laboral de Laboratorios Ovejero, si luchamos podemos perder, pero si no luchamos estamos perdidos.

María Rodríguez es doctora en Veterinaria por la Universidad de León (ULE).
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