20/05/2023
 Actualizado a 20/05/2023
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Seguro que han escuchado este anglicismo más de una vezy es que tener seguidores parece una cuestión trascendental en esta sociedad del postureo, seducida y envenenada por el poder de las redes sociales, que pueden ser muy útiles como escaparate promocional, pero un auténtico castigo divino en cuanto al tiempo que nos roban y que estaría mucho mejor invertido en infinidad de actividades más nutritivas para cuerpo y alma.

Kate Winslet opina lo mismo. Menos mal, a veces he llegado a pensar que como madre me estaba volviendo un poco neurótica, pero no, Kate piensa como yo, nunca me defrauda. Esta semana recibió una impresionante ovación cuando acudió a recoger su premio Bafta al Royal Festival Hall de Londres por su personaje en la serie ‘I am Ruth’, que ha protagonizado junto a su hija Mia Threapleton. En la pantalla, Kate es una madre que lucha desesperadamente por rescatar a su hija de las destructivas garras de las redes, a las que la adolescente se ha vuelto adicta, sumergiéndose cada vez más en una espiral de autodestrucción. Nos puede parecer un caso exagerado, pero no lo es. Con 14 años no tienes criterio para saber si un contenido es adecuado para ti o no, si resulta peligroso colgar fotos y vídeos tuyos en internet, si la persona que te habla desde quién sabe dónde es quien dice ser, pero te sientes sol@ y él o ella te escuchan. Qué peligroso se ha vuelto darle esquinazo a la soledad y ganar autoestima.

Muchos padres pondrían el grito en el cielo si pudiesen ver todo lo que su aparentemente angelical hija ha subido a diferentes portales como Instagram u Only Fans, que para algunas chicas se ha convertido en un modo fácil de ganar no solo seguidores, también dinero. Y como esta generación de cristal parece tener derecho a la intimidad desde los doce años, si no controlamos sus móviles jamás sabremos quien deformó su visión del amor y la vida. Sí, Kate, queremos recuperar a nuestros hijos. Hay que hacer algo.
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