09/01/2023
 Actualizado a 09/01/2023
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¡Pues sí!, apagamos las luces, cerramos el telón y recogemos el patio de butacas porque la fiesta ya se acabó, eso sí, coincidiendo con la festividad pagana de las Saturnales el rito con el que en el Imperio romano daba la bienvenida al invierno y, además, es que tenía cierta analogía con nuestra Navidad.

Lo malo es que nos enfrentamos de nuevo a los quehaceres diarios y a la pertinaz y desgarradora rutina y ya no deseamos a todo quisqui salud y felicidad a raudales, pues no.

Hoy, después de meter los restos del árbol, de plástico, en bolsas y cajas de cartón, malo, procedentes del gigante asiático, empezamos a mirar de frente a las verduras, mientras que de soslayo ojeamos la maldita báscula y comprobamos que algún michelín que otro adorna nuestro orondo bandullo. Eso sí, hoy mismo, vamos raudos y veloces a apuntarnos al gimnasio de turno o nos proponemos, de buena fe, dar paseos por el campo, la calle o el camino infinito…, aunque ya veremos en qué queda todo esto.

En el terreno personal, hacemos buenos y renovados propósitos para el año que hoy arranca, si bien cabría recordar que el tiempo se divida en años, meses, días, horas, minutos y segundos, no es más que la ‘ocurrencia’ de un tal Sandford Fleming, un ingeniero canadiense. Así es que, nada, este año recién estrenado seguiremos con nuestras virtudes y defectos y cometeremos los mismos errores o mayores aún que el año pasado.

Bien, pero si tú eres un ‘potentado’ y tienes los posibles para pasar la ‘cuesta de enero’ en un lugar tan exótico como Bali, cuando intento cerrar página, leo una noticia que te puede interesar: «El Parlamento de Indonesia acaba de aprobar una ley que prohíbe copular fuera del matrimonio y la cohabitación entre parejas no casadas». Ergo, ya sabes, o te vas con la parienta o con el ‘pariento’ o, mejor aún, ¡quédate en casa! Salud.
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