31/12/2022
 Actualizado a 31/12/2022
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¿Y los recuerdos?

Mis hijos se fueron,

los sueños se marchitaron,

los versos leídos duermen bajo tierra.

La niña de dedos blancos que fue enero,

yace lejos;

otro tanto pasó con mayo y setiembre.

Afrontaré el año venidero, no obstante,

como un viaje incierto.

Con el corazón audaz,

si es posible.

Y lo alejaré de la melancolía,

y de la cólera,

y dejaré que mis pies,

como un viento furtivo,

se asomen al mar.
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