Secundino Llorente

"La fiesta más importante de vuestra vida"

23/05/2024
 Actualizado a 23/05/2024
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La próxima semana se celebrará en todos los colegios e institutos de España la fiesta de graduación. Es un momento crucial en la vida de estos muchachos: coincide con la salida del colegio y la entrada a la universidad, es la fiesta de la mayoría de edad ya que todos estos alumnos cumplen los 18 años en este año y están en lo mejor de su vida. Esta puede ser la fiesta más bonita para ellos. Se visten con las mejores galas, ellos y ellas. La primera diáspora escolar se produce cuando los alumnos de segundo de bachillerato terminan sus exámenes y van a la selectividad. Después, un mes más tarde será la diáspora de los de cuarto de la ESO. Durante muchos años me tocó decirles unas palabras. No me acuerdo de ninguno de aquellos discursos, pero si ahora tuviera que hablaros a tantos muchachos como os estáis preparando para esta fiesta en medio de los nervios de los exámenes de final de curso, yo os diría lo siguiente: «Hoy es un día de fiesta para vuestro instituto. Esta tarde hacemos un reconocimiento público del esfuerzo realizado en los últimos años por este grupo de alumnos que hoy obtiene su Título de Graduado en Bachillerato. Estoy encantado de poder dirigirme a todos vosotros en esta ceremonia de graduación. Ha llegado el momento de cerrar una etapa de nuestras vidas y de comenzar otra. Es curiosa la contradicción que hoy se da en este centro, una combinación de sentimientos: alegría y nostalgia: alegría porque hemos cumplido lo que nos propusimos y nostalgia porque se nos va la etapa del colegio, donde compartimos éxitos, tristezas, desafíos, clases, excursiones, deporte, exámenes. En vuestro centro permanecerán vuestros recuerdos, vuestras ilusiones y vuestros amores. Están aquí y aquí se quedan para siempre. No cabe duda de que estamos en un día muy especial para vosotros. Habéis pasado seis años, desde los 12 a los 18 años, la mayor parte de toda vuestra vida escolar en el instituto. Ahora empezáis a enfrentaros en serio con vuestro destino. Tenéis que despediros de una época, que la mayoría recordará con cariño, e iniciar otra que ahora mismo nadie sabe cómo va a ser. Es un viaje nuevo, es un itinerario distinto. Al despediros de todo lo que dejáis atrás, deberíais ser generosos y dar las gracias a vuestros profesores y a vuestros padres. Cuando salgáis de aquí comenzaréis una vida diferente ya no volveréis a encontrar a nadie así. Ellos han sido los únicos que, de forma completamente desinteresada, os han ayudado y formado para que salgáis adelante en la vida, los únicos que os han llenado la mochila para que podáis defenderos y sacar del futuro todo lo posible. Fuera de la familia y la escuela sólo vais a encontrar interés: en vuestro jefe, para que le rindáis más de lo que os paga; como clientes, para que las marcas comerciales os saquen el máximo provecho. Y todo en ‘modo interés’. Abandonáis un lugar muy protegido, en el que habéis estado muy seguros porque ha habido muchas personas que se han preocupado por vosotros. Estáis más cerca de tener que depender de vosotros mismos. Hasta ahora, todos vuestros caminos confluían en una sola dirección. Era vuestro único itinerario, el que une vuestra casa con el instituto. A partir de ahora, esos caminos se separan. Desde el instituto se dispersan las sendas que vais a tener que recorrer. Tened mucha confianza. Nadie es más que nadie y lo que hace un ser humano lo hace otro ser humano. Trabajad y esforzaos para que nadie os haga sentiros inferiores, salvo que vosotros lo consintáis. No os canséis de investigar y de leer. ¡Escuchad la mejor música, gozad del mejor arte, haced muchas horas en los laboratorios! ¡Aprended a empuñar los bisturíes o a manejar los ordenadores! ¡Afilad vuestros pinceles! ¡Impartid clases y educad a las nuevas generaciones! Intentad ser los mejores, pero respetando a todas las personas y a sus creencias, dialogando y siempre dispuestos a enriqueceros con lo de los demás, pero, al mismo tiempo, exigiendo respeto para vuestras convicciones. ¡Sed justos, responsables y solidarios! Y siempre, siempre, presumid de vuestro centro educativo. ¡Venid, de vez en cuando, para que nosotros podamos presumir de vuestros éxitos, que serán los nuestros! Han sido seis largos años caminando juntos en los que compartimos todo: clases, excursiones, deporte, exámenes, amonestaciones, tristezas y alegrías… Aquí habéis vivido tantas ilusiones y desilusiones, amores y desamores, nunca los olvidaremos, porque nuestro centro nunca se olvidará de vosotros. Estos recuerdos durarán toda una vida. Guardad los mejores, olvidad los demás. Somos testigos de la transformación de aquel niño de once años en el adulto que sois ahora. Y mucho más hoy porque venís muy elegantes. En este periodo habéis tenido muchas experiencias vitales que han ido configurando vuestra personalidad y os habéis convertido en las universitarias y universitarios que ahora tengo delante. Debéis estar muy orgullosos por lo alcanzado. Tenéis muchísimos años. No diecisiete ni dieciocho, sino muchos más. Estos son los años que habéis gastado, nada más. Poseéis lo que poseen muy pocos: el tiempo. El tiempo es el capital más valioso. Aprovechadlo. En el instituto os han dado las herramientas y han sembrado los primeros cimientos. El resto lo tenéis que poner vosotros. Vuestro futuro está empezando ahora. Acabáis de conseguir el título de bachillerato. Aprovechad el mejor momento de vuestra vida. Sois mayores de edad con libertad para volar sin miedo, pero con rumbo y con sentido, sabiendo quiénes sois, y de dónde venís, a qué familia, historia, pueblo e instituto pertenecéis. Si alguien os pregunta dónde estudiasteis, contestad con orgullo: Yo estudié en un centro público. Termino con la enhorabuena de todo corazón a los padres, y también a los abuelos. A vuestros profesores. Y a los alumnos de esta promoción. Sed buenos y sed felices. Muchas gracias por vuestro cariño en estos seis años».

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