08/01/2024
 Actualizado a 08/01/2024
Guardar

Estamos ya en el primer lunes laborable del mes de enero, dejando atrás luces por doquier y alguna sombra que otra de nuestras cuitas familiares. Por lo que, como siempre, comienza un nuevo año y con él nos disponemos para hacer nuevos proyectos, que en marzo ya serán viejos, como apuntarnos al gimnasio, (los ‘pijiriles’ dicen ‘gym’), pues no nos hemos olvidado del sobrepeso, hacer exóticos viajes o un clásico como es estudiar inglés, aunque ya lo hemos intentado muchas veces y no hemos sido capaces de pasar del «yes». O mejor aún: hacer largas caminatas por el medio rural para comprobar in situ el cambio climático… ¡Qué cosas hay que leer!

Lo primero que deberíamos hacer, ya que el resto de nuestras buenas y profusas intenciones se quedarán, como en años anteriores, para mejor ocasión sería desintoxicarnos de las copiosas comilonas navideñas, además de la ingesta masiva de bebidas espirituosas. Pues sí, excesos en el papeo y también en la libación. Algo a lo que, muchos, salvo los muy ordenados, nos hemos entregado con pasión, fruición y de muy buena gana, ¡eh! Pero es que tenemos salud, afortunadamente, para dar y regalar y qué mejor que gastar una parte con la familia y amigos… al amor y hasta el humor de la vida.

Lo cierto es que cerrar un año y empezar otro obedece tan solo al tiempo que tarda el planeta Tierra en dar una vuelta completa al sol… ¡Ni más ni menos! Así lo determinaba el calendario Gregoriano, aunque antaño se usaba el Juliano.

En mi anterior artículo ‘atacaba’ con virulencia y saña la figura del ‘cuñao’ y, en justa reconsideración, quiero agradecer a los míos, Susana & Goyo, Ana & Paco, Vicente & Maite, su buen hacer y cariño a raudales demostrado en el reencuentro familiar navideño. Gracias.

«Solo aquellos que se arriesgan a ir demasiado lejos pueden descubrir hasta dónde se puede llegar». Thomas S. Eliot. ¡Feliz año! Salud.

Lo más leído