El último clavo al que agarrarse

La derrota en el descuento ante el CD Leganés ha precipitado el cese de un David Gallego que ha pasado por la capital berciana con más pena que gloria, como sus números así lo atestiguan. Dieciocho puntos en 19 jornadas son claros dígitos de descenso, pero lo más sangrante es la trayectoria de un equipo claramente a la deriva desde aquella ya lejana victoria en el día de Reyes. Desde entonces tan solo el Alavés ha mordido el polvo ante el conjunto blanquiazul en la friolera de 13 jornadas. De hecho ese triunfo, junto con el inesperado empate en Los Cármenes (a punto estuvo de ser victoria), calmaron los ánimos de una desilusionada afición que volvía a creer en su equipo, justo antes de encarar un calendario amable. Pero Mirandés, Lugo y Leganés se encargaron de un plumazo de desterrar cualquier atisbo de reacción. Dos puntos sobre nueve, sin ser capaces de ver puerta en 270 minutos, con dos segundas partes infames ante los jabatos y los pepineros, donde no se contabilizó un solo tiro entre palos y un partido más propio de una categoría menor a orillas del Miño, donde solo el millar de aficionados bercianos estuvo a la altura de las circunstancias, son suficientes argumentos para que la directiva apretara el gatillo y mandara al paro al preparador catalán. Ahora la directiva comandada por José Fernández Nieto, en un intento a la desesperada por paliar los muchos errores cometidos en el presente curso, busca un cambio de rumbo a la complicadísima situación deportiva, fiando toda su suerte en Juanfran García. Un técnico valenciano con escaso recorrido en el fútbol profesional, que sin embargo en julio de 2020 se hacía cargo del CD Lugo en plena pandemia para salvarlo de lo que parecía un descenso cantado. Con los albibermellos lograba sumar 14 puntos de los 18 puntos en juego, ahora le tocará con un partido más hacer unos números similares, para obrar otro milagro a poco más de 100 kms de la ciudad amurallada. ¿Lo conseguirá? Parece poco probable una nueva hazaña por su parte, pero sólo nos queda confiar en que los milagros se den dos veces y Juanfran logre el mismo efecto motivador en una plantilla decaída que logró en el Club Deportivo Lugo.