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El Grial y la Alcaldía

09/04/2023
 Actualizado a 09/04/2023
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A estas alturas no es un secreto que el famoso cáliz de Doña Urraca –custodiado en la leonesa Basílica de San Isidoro– dejó de ser noticia. Ya nadie lo toma como se pretendía en su momento, el Santo Grial, a pesar del gran el boato que se creó en torno a la pieza hace unos años. Fue en la época de Antonio Silván como alcalde de León, cuando su concejala de Cultura, doña Margarita Torres –siempre hubo clases, que a nadie se le pase el detalle por alto– y hoy aspirante a alcaldesa, se convirtió en la vocera oficial de tal delicada aseveración. Según ella no había duda. La copa de la Última Cena, uno de los mayores legados de la cristiandad, se encontraba en León. El revuelo que se montó alrededor del ‘hallazgo’ fue de misa cantada. Traspasó fronteras. Y los expertos y estudiosos tomaron posiciones y esgrimieron razonamientos para desmentir las afirmaciones de la señora Torres, doña Margarita.

Pues bien, esta misma semana, el pasado día 2, el digital conservador ‘El Debate’ publicaba una entrevista con la doctora Catalina Martín Lloris, de la Universidad de Valencia, quien lleva un cuarto de siglo investigando el cuenco de la postrera despedida; el llamado Santo Cáliz. Al margen de cuanto explica como historiadora y especialista en la materia, hay una pregunta clave y una respuesta demoledora. «¿Qué sucedió –indagaba la periodista– cuando leíste que el cáliz de Doña Urraca era el cáliz de la Última Cena?». La contestación fue contundente. «Se me vino el mundo encima –respondía–. Porque además utilizaban mi tesis de manera muy torticera para desarrollar su hipótesis. Hicieron, como vulgarmente se dice, ‘un corta y pega’ de mi tesis que a ellos les beneficiase. Yo lo leí y creí morir».

«¿Es posible –volvía a preguntar la informadora– que el cáliz se mantuviera escondido en León y por eso no haya documentos que avalen su permanencia en el reino?». Una nueva contundencia. «No, es imposible que tuviesen una reliquia como el Santo Cáliz de la Última Cena y no haya resto o huella documental de la misma. Imposible. Las reliquias se tenían para mostrarlas. Eran símbolo de poder para los reyes y en época de Reconquista esto era fundamental».
El asunto, como puede colegirse, sigue coleando, y doña Margarita, eso sí, continúa calladita ante tantos y tantos reveses sobre el famoso cáliz. Ahora, sin embargo, muy bien apadrinada, (‘apadrinadísima’) vive inmersa en alcanzar la alcaldía de la ciudad y hasta cuenta con el beneplácito de personajes de talla nacional, que no la conocen ni por el forro… pero les gustaría. O eso cuentan. Según el padrinazgo lo tiene chupado. Cogerá el bastón de mando del Ayuntamiento. ¿Y si le pasara como con lo del Grial? ¿Un nuevo revés, doña Margarita? Imposible no es.
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