Turismo y burbujas

Llegan casi siempre mensajes optimistas en lo que tiene que ver con el turismo en esta provincia, pero lo que no es optimista en que se entregue todo el futuro de nuestra economía a las visitas. Esta vez ha sido el turismo rural el que ha anunciado sus datos del pasado 2023, y la verdad es que los registros fueron muy buenos, los mejores desde que existen estadísticas, lo que ya despeja definitivamente el fantasma de la pandemia y sus consecuencias. El turismo puede ser un buen complemento, una alternativa para nuestras comarcas más deprimidas, pero difícilmente será una solución global y definitiva, sobre todo cuando el cambio climático está enviado señales cada vez más obvias que se lo ponen cada día un poco más difícil a los negaciones. Lo que está pasando este año con las estaciones de esquí es una buena prueba de ello,  pero hay mucho más. En cualquier caso, el turismo rural vivió su propia burbuja cuando empezó a recibir subvenciones y parece que ya está definitivamente asentado, con negocios que deben enfocarse quizá con mayor celeridad a vender ese refugio climático en que se convertirá esta provincia durante los veranos.