Siempre hay alguien al otro lado

Es seguramente uno de los escasísimos efectos positivos que nos ha dejado la pandemia del coronavirus. La eliminación de algunos tabúes sociales, como la salud mental y los suicidios, han servido al menos para poner el foco sobre el problema. Hasta hace poco tiempo, los medios de comunicación teníamos conocimiento de sucesos que se confirman como muertes voluntarias y que apartamos de las páginas de los periódicos, los informativos de radio o televisión o las noticias de los digitales. El motivo es que tradicionalmente se ha entendido que podrían suponer un ‘efecto llamada’. Sin embargo, en los últimos tiempos cada vez más expertos han cambiado de parecer. Ya no ha de ser un tema tabú. Eso sí, no se puede informar de cualquier manera, se trata de informar con el objetivo de prevenir, el mismo motivo por el que se estaban silenciando. Y en la prevención es fundamental el trabajo que desarrolla el Teléfono de la Esperanza, que recibe una veintena de llamadas diarias en León para escuchar y atender a quien simplemente se siente solo, pero también para dar respuesta a crisis emocionales, problemas familiares o de salud mental e incluso conductas suicidas. Es necesario que todo el mundo sepa que siempre hay alguien al otro lado de ese teléfono, que siempre hay alguien que nos puede ayudar por negro que veamos el horizonte y que hablar de este tipo de problemas no es malo si se sabe cómo, puesto que puede servir para resolverlos.