¿Quemar castillos?

Pese a que las urnas les suelen relegar un lugar completamente residual, Conceyu no se cansa de llamar la atención allá donde va, peleando por un espacio que no le pertenece e incluso atreviéndose a utilizar una figura impoluta como la del fallecido dibujante Lolo en su beneficio. Por más que los leoneses tengamos razones para estar en contra de las políticas de la Junta de Castilla y León, por más que la idea de franquiciar la fiesta autonómica sea tan mala que todo el mundo sabía lo que iba a pasar, flaco favor le hacen al leonesismo con iniciativas como la de quemar un castillo delante de las cámaras, consiguiendo de este modo capitalizar todo el protagonismo en los medios autonómicos y nacionales y dejando en un segundo plano a quienes, con más clase y las mismas razones, también quisieron ayer salir a la calle para mostrar su disconformidad con la Junta, con Villalar o con lo que considerasen. El leonesismo es mucho más que un grupo de entusiastas que no respetan al resto y que se creen con más autoridad para decirle que no a la Junta de Castilla y León, a la que de este modo se brinda la peligrosa ocasión de decir que todos los leonesistas son iguales.