Un problema menos invisible

La pandemia ha traído muchos puntos de inflexión en nuestros comportamientos sociales. Los hay a mejor, aunque suelen pasar siempre más desapercibidos, y los hay especialmente preocupantes, como es el caso de los que tienen que ver con la salud mental. El hecho de que en la provincia de León se produjeran a lo largo el año pasado casi dos intentos de suicidio al día deja muy a las claras que algo está cambiado y que se deben tomar las medidas suficientes para combatir una lacra de la que se pueden sacar demasiadas conclusiones, no todas ellas acertadas. En primer lugar, los intentos de suicidio han aumentado en todo el mundo después de la pandemia, pero además se da la circunstancia de que, puede que provocado por ese aumento, ha habido también un cambio en el tratamiento informativo que se les da. Ya no se silencian como antes, lo que indica que, además de crecer el cuanto a su número, se visibilizan más. Ojalá el cambio de tratamiento en la parte que nos toca a los medios de comunicación sirva para alertar sobre un problema evidente y se tomen las medidas necesarias.