Orden igual para todos

Sorprende la tolerancia de las fuerzas de seguridad con las protestas de los agricultores si se compara con la dureza que mantuvieron respecto al sector de la minería

07/02/2024
 Actualizado a 07/02/2024

El cuidado del medio ambiente, cada día más necesario y urgente, obligó a acelerar el cierre de las minas hace ya una década, lo que irritó extraordinariamente a los mineros, como es lógico. Algunos de ellos también quisieron imponer por las bravas su voluntad, como están haciendo ahora los agricultores, con la salvedad de que ellos respetaron los cauces de comunicación y a sus representantes, y, sobre todo, con la grandísima diferencia de que las fuerzas del orden no fueron precisamente tan permisivas con ellos como lo están siendo con los profesionales del campo, a los que sorprendentemente se les permite cortar carreteras, colapsar la ciudad durante cuatro días como si quienes habitan en ella fueran los culpables de su situación o paralizar la actividad de todo un polígono industrial. Por bravos que se pusieron los mineros, el destino de las minas fue el que todos sabemos. En el campo se pueden reivindicar muchas cuestiones, unas con más razón que otras, pero en cualquier caso el respeto (entre otros a los periodistas, a los que se insulta y señala en estas concentraciones) a la ley y a los demás debe ser siempre el primer paso.

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