No son elecciones de segunda

El 9 de junio estamos llamados a las urnas para elegir a nuestros representantes en el Parlamento Europeo, de donde emanan muchas de las leyes que e se aplican aquí en materias relevantes como la agricultura, el medio ambiente o la cohesión territorial

22/04/2024
 Actualizado a 22/04/2024

No hay verano sin beso, ni año sin elecciones. Las autonómicas celebradas ayer en el País Vasco y las previstas para el 14 de mayo en Cataluña son sólo la antesala de que todos los españoles estemos llamados a las urnas para las europeas. Quizá sea complicado –por no decir imposible– que la campaña de estas últimas se libre de la polarización y la crispación que marcan actualmente la política española. Y más aún cuando se vayan clarificando los pactos que serán necesarios tras las autonómicas en dos territorios marcados por la presencia de fuerzas nacionalistas. Pero en ningún caso  podemos pensar que las elecciones europeas son de segundo rango. Y los políticos deberían ser los primeros en tenerlo en cuenta para explicarnos a todos sus propuestas sobre los importantísimos asuntos que dependen de una u otra manera de las instituciones comunitarias. En España, casi seis de cada diez leyes que se aplican derivan de las europeas. Ahí están por ejemplo asuntos como la PAC, tan importante para la provincia y para toda España, la transición energética o la lucha contra la despoblación, que provoca que el censo de las elecciones europeas del 9 de junio tenga 10.800 electores menos que el de hace cinco años. Por lo tanto, no estamos hablando de una cita con las urnas de segunda fila. La agricultura, el medio ambiente y la cohesión territorial son cuestiones cruciales para esta tierra, que sigue precisando soluciones de futuro inmediatas.

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