Enseñar a pescar

Cáritas es más que una entidad que da una bolsa de comida a quienes más lo necesitan. Lo repite una y otra vez su directora en León, Aurora Baza, que lleva ocho meses en el cargo y se ha marcado como uno de sus objetivos cambiar la imagen que la mayoría de la gente tiene en su cabeza sobre el trabajo que lleva a cabo la organización diocesana. Porque no sólo es cuestión de alimentos (ahora se trabaja en dar tarjetas a los usuarios para que las canjeen en los supermercados y elijan lo que quieren comer), sino que también se trata de proporcionar compañía a quienes están solos en la vida o proporcionar herramientas para que los usuarios cambien su situación. Darles un pez, pero también enseñarles a pescar. Por eso tienen cada vez más importancia los cursos de formación y empleo y las prácticas que sus alumnos realizan en empresas que muchas veces acaban contratándoles. Sin embargo, mientras se afrontan unos retos van surgiendo otros y Cáritas fija ahora sus objetivos en mejorar la atención a personas sin hogar. Cada vez son más y se está detectando que muchas de ellas tienen problemas de salud mental sin diagnosticar, lo que dificulta las cosas a la hora de ayudarles. Y otra dificultad general para la entidad que dirige Baza llega con el envejecimiento de los voluntarios, lo que fija como nuevo reto la necesidad de captar a jóvenes que quieran colaborar y permitir que siempre haya una mano que ayude a quienes más lo necesiten en cada momento.