Contra la manipulación

La llegada de los tractores a Valladolid se ha convertido en otro ejemplo de centralismo, porque algunos parecían no haberse dado cuenta del problema hasta ese momento

06/02/2024
 Actualizado a 06/02/2024

El que algunos ya llaman 15-M del campo, aunque se celebre en febrero, sigue copando cada vez más protagonismo, y ayer asistimos a un nuevo ejemplo de lo que es el centralismo: los tractores llegaron a las calles de Valladolid y en ese momento parece que fue cuando algunos se empezaron a preocupar... o al menos se dieron por enterados. Con la fuerza del campo, que durará lo que tarde en empezar la actividad en las fincas porque los agricultores no se pueden permitir aplazar su trabajo para otro momento, están empezando a surgir intereses políticos alrededor, que, curiosamente, en todos los casos consideran que las protestas no hacen más que darles la razón. Se ha denunciado la manipulación por parte de la extrema derecha de esas convocatorias, pero también desde la extrema izquierda salen ahora al paso para decir que, en realidad, se trata de un movimiento anticapitalista que no hace más que ratificar sus postulados. Mientras, en el actual movimiento presuntamente sin líderes acaban tomando protagonismo ante los micrófonos iluminados que, en realidad, son los que más tienen que callar y únicamente miran por sus intereses. Como ya se ha dicho en estas líneas, saltarse a sus representantes hace a los agricultores peligrosamente manipulables.

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