El camino sin Vox

En política hay determinados asuntos que se convierten en imposibles por el simple motivo de que tienen demasiada lógica. Demasiado lógico sería que, en lugar de ceder a los extremistas, nacionalistas o no, de ambos lados del arco parlamentarios, en lugar de permitir que todo el desarrollo, el presente y el futuro del país quede condicionado por la voluntad de unos pocos, se llegue a acuerdos puntuales entre los dos grandes partidos, que tienen tiempo y espacio de sobra para macar perfil y agradar a su concurrencia en otros ámbitos. Se debate mucho sobre si es necesario modificar la ley electoral para evitar este tipo de situaciones, pero la verdad es que si la lógica o el sentido común actuasen por todas las partes en determinadas circunstancias nos evitaríamos situaciones que no por surrealistas dejan de ser más dañinas para el conjunto de la sociedad. En Ponferrada, bien es cierto que a la fuerza, el PP y el PSOE se han acercado, han negociado y han llegado a acuerdos que permitirán aprobar los presupuestos municipales sin el chantaje permanente y las peticiones al margen de la legalidad de Vox.