Días de esperanza

Deseo que algún lector de esta columna viva hoy una jornada afortunada porque la diosa Fortuna esté de su parte y pille algún pellizco en la Lotería Nacional. También deseo al colectivo de ciudadanos que estas fechas navideñas sean mejores que las anteriores y la felicidad esté presente en cada hogar a pesar de las circunstancias por las que atravesamos y que son manifiestamente mejorables. Y, sobre todo, deseo de todo corazón que nadie pierda la esperanza en un futuro mejor en el que las televisiones dejen de bombardear con noticias pésimas e incluyan en cada guión algunas positivas, que las hay. Junto con esa esperanza de un devenir más positivo para los ciudadanos, debemos comprometernos en aportar cada cual un granito de arena a la hora de colaborar en la erradicación de la maldita corrupción e instaurar en las instituciones una línea de cordura que nos permita abrigar la esperanza de que nuestros hijos y nietos no tengan que sufrir tiempos estrechos y amargos como los que estamos sufriendo en los últimos años por adversidades que se pueden erradicar solo con el buen hacer de los políticos en general. De la misma forma debemos mantener la esperanza de que algún día la totalidad de los gobernantes puedan presumir de ser honrados y que no nos engañen y evitar así que cuatro espabilaos de dudosa catadura quieran convertirse en salvadores de la patria al estilo de Maduro y de Castro, o sea, engañando al personal que está más que cabreado con las reiteradas conductas delictivas y los mamoneos abundantes que asolan España económicamente. Vivimos días de esperanza en estas jornadas navideñas y habrá que pedir a Santa Claus que los recortes se hagan por arriba (cerrando el Senado, muchos ayuntamientos y las juntas vecinales, amén de chiringuitos oficiales que solo sirven para retirada de este o aquel político). En cualquier caso, yo tengo la firme esperanza de que el año 2015 va a ofrecer mejores horizontes de futuro aunque el Gobierno de Rajoy no tenga nada que ver con esa superación, como se asegura desde los partidos en la oposición y con especial énfasis el que en dos ocasiones ha llevado a España al borde del caos económico. Feliz Navidad a todos.