El día que quieras

20/03/2024
 Actualizado a 20/03/2024
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Cualquiera que abriera ayer alguna de sus redes sociales, es probable que se encontrara con multitud de felicitaciones. «Por enseñarme a ser como soy», «por ser el mejor», «de tal palo, tal astilla», se podía leer en algunos de esos mensajes. Como cada 19 de marzo, son muchas las imágenes de hijos o hijas orgullosas acompañadas por sus padres para rendirles un homenaje en este día. Está la versión foto antigua, con esa representación cándida de la niñez, o también alguna pose divertida. También la más reciente, con una fotografía hecha con el teléfono móvil mientras se toma una caña en un bar o un ‘selfie’ sacado en el último viaje familiar. Tampoco hay que olvidar el recuerdo a los que ya no están. Y, si ya eres una persona en su treintena probablemente muchas de esas imágenes no vayan al progenitor de una misma sino al marido que –en su mayoría– celebra este 19 de marzo por primera vez. La vida.

Si hay algo que han conseguido las redes sociales –además de aumentar los problemas de ansiedad por anhelar unas vidas que nunca tendremos (y que no son del todo reales, vaya por delante)– ha sido provocar accesibilidad a las relaciones. Aunque «no todo lo que se ve aquí es lo que sucede, solo mostramos los momentos felices», que dirían algunas, conocer la vida de los demás ha podido generar consciencia (y conciencia) de que hay tantas realidades como personas. Y tantas familias como realidades. Por eso, en un Día del Padre que estaba exultante de cariño y reconocimiento, estos mensajes anónimos también mandaron un abrazo virtual a los testimonios que hablaban de figuras ausentes, a las que carecieron de estos referentes. A los que no tuvieron con quien aprender a andar en bicicleta ni sintieron el apoyo de un «padrazo». A aquellas que no tienen a nadie a quien felicitar, bien sea por elección propia o no. 

Muchas prioridades sociales han cambiado y las situaciones vitales también. Por eso, un abrazo a todos los padres que saben serlo siempre, a los que lo intentan y lo consiguen pese a todo. Y un abrazo a las criaturas que carecieron de esas figuras y que encontraron en otras el respeto y los aprendizajes. 

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