11/06/2023
 Actualizado a 11/06/2023
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Para proyectarte públicamente en condiciones, lo máximo es tener un día internacional de lo tuyo. Que coincida en fecha con otras tropecientas causas no lo hará desmerecer, fíjense en los santos. Así, las Cuevas y el Mundo Subterráneo tienen su Día Internacional el seis de junio, como bien me ha informado este periódico.

Pero antes de llegar a ese nivel de gran difusión hay que concienciar. Y para eso nada como luchar juntos, asociarse, que es bien fructífero. Solicitar esa condición jurídica reporta beneficios. Lo sabe todo quisque y lo lleva a término. Se asocian los Churreros de Ceuta, los Amigos del Ferrocarril de León y hasta las Cuevas Españolas se asocian. Bueno, aunque se llame Asociación de Cuevas Turísticas Españolas, es de suponer que aquellas no tengan DNI electrónico con sus certificaditos para firmar (como tampoco tantos de ustedes ni yo), sino que serán los gestores de cada una de las concesiones de explotación quienes pongan la cara y el NIF.

En la asociación mentada son todas las que están, pero no están todas las que son. No están las del Drac que tanto respeto kárstico imponen en Mallorca ni las de Nerja que tanta competencia le hacen a la Dorada de Chanquete. Sí están la minera de El Soplao y la generosa en coraliformes de Llamazares en nuestra provincia, por ejemplo. Pero eso da igual, todas son maravillosas. Quien este verano no desee obligarse a escoger entre las sensaciones que proporcionan la playa, la montaña y el colegio electoral que opte por una cueva. Refrescante, apaciguadora y trascendente, todo en uno son las cuevas, no hay como visitar una en vacaciones. Y si lo que se pretende es rozar el éxtasis, las hay que programan maravillosa música. Lo hacen en la joya conejera de los Verdes, en la acuática castellonense de San Josep, y en la superestalactitizada y superestalagmitizada de Valporquero, donde ayer mismo han interpretado un conciertín.

Vivir en una cueva sería la hostia. Aunque la humedad suele presentarse alta en ellas, no varía la temperatura. El agua que las recorre es de fuentes originales, los auténticos acuíferos, duchas genuinas. Se harían las necesidades en un apartadero seco donde no hiciese falta escobilla (al modo de esas casas alternativas donde no es que no la usen, sino que ni siquiera la instalan). Mientras no aparezca una miniatura llamada Ulises y te entre una astilla en el ojo tiene muchas ventajas vivir a lo cíclope.

Este verano, dejémonos de cañas por un rato y vámonos de cuevas. Son un potenciador natural de la imaginación.
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